El escritor Arcadi Espada ha publicado este miércoles 'Vida de Arcadio' (Península), la biografía del veinteañero que fue de 1975 a 1981 y que ha escrito con la distancia de la segunda persona, para descubrir cómo se hace un hombre y cuál es «la relación que cada uno guarda con su pasado», incluyendo testimonios de antiguos amigos.
En una entrevista de Europa Press, ha explicado que recurre a la investigación clásica del periodismo, que es su género literario de siempre en los diarios y en los libros, incluidas sus biografías de Josep Pla y Juan Antonio Samaranch (ésta, con Jaume Boix): «No son unas memorias», sino que lo define como un reportaje íntimo.
Durante unos cuatro años confrontó sus recuerdos con los papeles que guarda de sí mismo y con amigos de juventud que buscó: encontró a varios, se topó con algún rechazo y también tuvo una experiencia nueva: «Por primera vez veo qué pasa cuando, durante la escritura del libro, se te van muriendo los personajes».
«He escrito la biografía de un joven que evidentemente conozco bien y del que guardo muchos documentos», dice, y eso le ha ayudado a confirmar que sus recuerdos son ciertos.
El libro parte de un viaje de Arcadio a Italia donde descubre a chicos de otros países, y eso le hace pensar hoy en la España y el mundo de la época y en la juventud como etapa de la vida: explica su descubrimiento del sexo, de la vida en una comuna, de la política, del periodismo y de cómo este oficio le da acceso a personajes en las antípodas de su vida como hijo de portero.
Pero rechaza a quienes alardean en la madurez de haber ascendido profesional o socialmente, porque «no hay que presumir de ser marqués ni hay que presumir de ser hijo de puta».
El joven es útil pero ignorante
Aún se hacía llamar Arcadio, aún era comunista y, sobre todo, aún era ignorante: «La juventud no sabe nada de nada en términos generales, porque la juventud es un aprendizaje», aunque también defiende que un joven no es un inútil sino que puede hacer aportaciones a la Humanidad, como el heroísmo.
Pero el joven no sabe cómo funciona todo, y por eso mismo Espada advierte de que últimamente España se nutre de políticos «con un conocimiento muy poco cabal del mundo y que desprecian los hechos» mientras están sumidos en la ideología.
El escritor trata con distancia al joven biografiado aunque se parezca a él en algunos rasgos (ya quería ser periodista, ya se interesaba por todo, ya dudaba de la política pese a militar en el PSUC y ya quería aprovechar el tiempo): para el biógrafo, Arcadi se parece a Arcadio de la misma manera que se puede parecer a otras personas.
"un gran tiempo español"
Respecto al parecido de aquella España con la actual, concluye que «Arcadio vivió en un gran tiempo español. Las cosas se hicieron estupendamente», porque considera que la transición democrática fue una gran obra, hoy infravalorada, mientras la República sigue sobrevalorada.
Constata que España ha logrado un cambio enorme en factores como la economía y la educación, aunque reitera su lamento sobre «algo que Arcadio empezó a vivir: el insospechado prestigio del nacionalismo».
Memoria y optimismo
Ahora prevé escribir varios libros con la misma técnica de reportaje íntimo: «Quiero seguir aplicando lo que he aprendido examinando la vida pública, aplicándolo a la vida privada».
Para él, «el pasado sólo se puede y debe examinar con los ojos del presente, que es cuando uno lo está examinando».
También cree que dejar testimonio de la experiencia propia puede ayudar a los demás: «La exhibición sincera de la vida de las personas podría arruinar el pesimismo como forma de vida: cada día es mejor que el anterior».