Más de 700 rectores de 14 países se han comprometido a «reforzar» la misión de la Universidad para que «la docencia, la investigación y la transferencia del saber integren los retos sociales, medioambientales y económicos, redoblando así el compromiso y las acciones hacia el bienestar y el progreso de nuestras comunidades, del planeta y de la sociedad en general».
Así, lo han reflejado en la 'Declaración de València', el documento que recoge las principales conclusiones de las dos jornadas del V Encuentro Internacional de Rectores Universia, que durante dos días ha debatido en la Ciudad de las Artes y las Ciencias bajo el lema 'Universidad y Sociedad' sobre las claves que convertirán de nuevo a la Universidad en motor de progreso para la sociedad y el crecimiento sostenible a través de tres ejes: la formación a lo largo de la vida, el impulso al emprendimiento y la innovación y las redes e interconexión entre las universidades, empresas, gobiernos y otras instituciones.
La rectora de la Universitat de València y presidenta del Comité Académico del Encuentro, Mavi Mestre, ha sido la encargada de leer esta declaración que quieren que se erija en «un ideario» para «desarrollar estrategias, evaluar iniciativas e implementar planes futuros» en sus instituciones.
«Deseamos que este documento sea fuente de inspiración para quienes, al igual que nosotros, anhelan un futuro en el que el carácter humanista conviva con la necesaria actualización tecnológica, donde la formación y la investigación estén al servicio de todos, y donde el compromiso social de las universidades contribuye a mayor medida a la atención de los principales retos de nuestra sociedad», ha expresado.
Así, ha constatado que la Universidad «siempre ha jugado un papel determinante en el avance de la sociedad» y ahora hay que afrontar «enormes desafíos sociales y medioambientales que demandan con urgencia soluciones creativas, innovadoras y transformadoras». «Siempre se ha visto en la Universidad un faro que ilumina el camino hacia el progreso», ha recalcado.
Para ello, ha urgido a complementar las competencias tecnológicas con otras disciplinas de «orden superior» como «la inteligencia emocional, la flexibilidad y el pensamiento global» para fomentar «valores como la solidaridad o la ética, es cada vez más necesaria en un mundo que aspira a ser justo, equitativo y sostenible» y ha abogado asimismo por trasferir el «conocimiento y la tecnología que se generan en la Universidad de manera que se garanticen su aceptación y su uso generalizado».
«La universidad tiene una gran capacidad no sólo para contribuir sino para liderar un desarrollo sostenible con rigor, pensamiento crítico y compromiso social», ha recalcado.
Compormisos
Para lograrlo, los rectores han aprobado por asentimiento esta Declaración en la que además se comprometen a extender la oferta de aprendizaje a lo largo de la vida adulta, «ampliando y flexibilizando los formatos educativos de nuestras universidades para que se adapten a las diferentes necesidades formativas de numerosas y diversas audiencias».
En tercer lugar proveerán a los estudiantes de «una formación integral que incluya conocimiento multidisciplinar, habilidades transversales y valores que los prepara para otras audiencias en el mundo tanto para integrarse y dar forma al mercado laboral futuro como para desenvolverse y liderar las sociedades venidera».
Asimismo, se comprometen específicamente a cultivar en sus estudiantes competencias innovadoras y emprendedoras que «incrementen su empleabilidad y les permitan idear, desarrollar y gestionar iniciativas emprendedoras sostenibles que den respuesta a los retos presentes y futuros», así como a «integrar los desafíos globales y locales en las agendas de investigación de nuestras universidades e incrementar la interdisciplinariedad en la investigación y fomentar la transferencia y amplia divulgación de sus resultados en beneficio de la sociedad».
Además, facilitarán distintas formas de movilidad para los estudiantes y académicos de sus universidades, incluyendo la movilidad geográfica, virtual e intersectorial, en aras de fomentar el desarrollo de las nuevas tecnologías; así como la movilidad social, de los estudiantes y académicos, «el intercambio y enriquecimiento cultural y la educación abierta e inclusiva».
Por último, trabajarán por incrementar la colaboración con otras universidades, gobiernos, industria y sociedad en general
tanto en docencia como en investigación y en transferencia, «creando sinergias, complementando recursos, escalando iniciativas, reforzando alianzas a través de espacios comunes de educación superior y aprendiendo juntos para crear un futuro».
Convertirse en realidad
Por su parte, la presidenta de Banco Santander y Universia, Ana Botín, en la clausura del encuentro, ha señalado que esta Declaración «maravillosa» es «solo palabras hasta que todos juntos hacemos que se conviertan en una realidad» y, ha reclamado, «necesitamos gente que desee que esto se convierta en realidad».
«Una realidad como este auditorio --la Palau de Les Arts diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava-- que en algún momento fue un dibujo sobre un papel y aquí está ahora y demuestra que es increíble lo que la humanidad puede conseguir cuando se une».
Por ello, Botín, que ha agradecido a València su apoyo, ha recalcado que «los une a todos aquí hoy es una creencia compartida de que la educación y la búsqueda del conocimiento son fundamentales no solo para el progreso, sino porque es la base de la democracia, las libertades y los valores en los que todos creemos». «La educación y la investigación son las claves para encontrar las soluciones que necesitamos para que el mañana sea más sostenible, más justo y más inclusivo», ha apostillado.