El área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza ha obtenido otros 3.406.496,27 euros de ayudas europeas para acometer la segunda fase de la reforma integral del trazado urbano del río Huerva a su paso por la ciudad.
La aportación parte de la convocatoria de subvenciones de la Fundación Biodiversidad para el fomento de actuaciones dirigidas a la renaturalización y resiliencia de ciudades españolas, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea dentro de los fondos Next Generation.
Una vez que la subvención sea firme, el Ayuntamiento de Zaragoza habrá conseguido captar un total de 5.005.201,89 euros para un proyecto global que supera una inversión de 23 millones de euros y que se divide en dos fases, ha indicado desde el Consistorio de la capital aragonesa en una nota de prensa.
El consejero municipal de Urbanismo y Equipamientos, Víctor Serrano, ha señalado que el proyecto del río Huerva «no solo alcanza la regeneración urbana, sino que tiene mucho que ver con prevenir avenidas potentes de los ríos, tanque de tormentas y mejorar infraestructuras ya existentes».
La cuantía total captada demuestra que cuando el Ayuntamiento de Zaragoza cuando se opta a convocatorias europeas en concurrencia competitiva «estamos acostumbrados a que nuestros proyectos son los mejores», ha celebrado Serrano.
Por su parte, la consejera municipal de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca, ha remarcado que durante la actual legislatura, a punto de concluir, el equipo de gobierno ha demostrado su apuesta por transformar Zaragoza con iniciativas como la creación de bosques urbanos en zonas sin desarrollar y sin interés medioambiental, citando como ejemplo Campos del Canal.
Con respecto a la actuación en el río Huerva, Chueca ha detallado que se extiende por tres distritos de la capital aragonesa y prácticamente atraviesa la ciudad, desde la Romareda hasta Las Fuentes, por lo que al concluir los trabajos se convertirá en una zona «más paseable y con más vegetación».
También ha reconocido que acometer la transformación de determinadas zonas de la ciudad en los próximos cuatro años, plazo que marcan los fondos europeos, «será un reto muy importante».
Dos fases
Para la primera, que contempla desarrollar la restitución paisajística y urbanística del entorno ribereño entre el puente Blasco del Cacho y el puente del Emperador Augusto, Urbanismo tiene un proyecto de 9,9 millones de euros, de los que 1.598.705,62 proceden de una subvención anterior que obtuvo en 2022 el Ayuntamiento gracias a los fondos Next Generation gestionados por la Fundación Biodiversidad.
Así, Urbanismo ya ha comenzado los procesos participativos e informativos en las juntas vecinales de distrito y con entidades sociales y ecologistas. Además, se han ido elaborando los primeros informes y análisis y ya se ha promovido el diseño del futuro tanque de tormentas que se ubicará en los antiguos viveros Sopesens.
Para conocer esta primera fase, el pasado 23 de marzo, la directora de la Fundación Biodiversidad, Elena Pita, ha visitado, junto a la directora de Fondos Europeos del Ayuntamiento, Blanca Solans, y al arquitecto municipal que ha diseñado el proyecto, José Javier Gallardo, las riberas del río Huerva.
En aquella visita, los responsables municipales zaragozanos pudieron también exponer la segunda fase del proyecto, que ahora ha obtenido un importante respaldo en la nueva convocatoria de subvenciones europeas.
Nuevas intervenciones
Esa segunda fase extiende las actuaciones en el tramo restante hasta la Gran Vía, punto en el que el río queda soterrado, y en el tramo entre la calle de Miguel Servet y la desembocadura del río en el Ebro, unificando en todo el cauce las mejoras medioambientales y urbanísticas en el tránsito del Huerva por la ciudad. Se estima que esta segunda parte supondrá una inversión de 13,9 millones de euros, para los que ahora se ha avanzado que habrá 3,4 millones de euros sufragados por los Next Generation.
De esta manera, el área municipal liderada por Víctor Serrano, en coordinación con otras áreas y servicios municipales, podrá acometer una reforma integral de todo el trazado urbano del río Huerva.
Se trata de un gran proyecto de ciudad que cuenta con el apoyo de instituciones locales y nacionales, así como de los grupos políticos, levanta consenso entre vecinos y cambiará la relación de los zaragozanos con el río, que pasará de ser un accidente geográfico degradado a un espacio integrado en el urbanismo de la ciudad para el disfrute por todos.
Las principales acciones se centrarán en una restauración hidromorfológica, la gestión de especies de flora alóctonas, la generación de hábitats para la fauna autóctona, la restauración de la vegetación de ribera y de las zonas ajardinadas que conectan el espacio urbano y con el fluvial y, por último, la mejora de la accesibilidad para la población al espacio ribereño.
Con todo ello, se mejorará el estado ecológico del río, se reducirá la peligrosidad de las inundaciones, se eliminará o reducirá significativamente en número y peso las especies exóticas, y se incrementará la resiliencia contra plagas y el cambio climático de las áreas verdes renaturalizadas y su entorno próximo.
De igual forma, se reducirá el efecto de isla de calor, al reducirse las temperaturas por incremento de la vegetación arbórea, y las actuaciones también tendrán un efecto mitigador del ruido en las áreas verdes.
El propósito general del proyecto al completo es restaurar los dos tramos urbanos del río Huerva a su paso por Zaragoza y las zonas ajardinadas próximas a éstos, así como crear unas condiciones idóneas de hábitat para la biodiversidad asociada. Con estas actuaciones, unidas a la mejora de la accesibilidad a estos espacios, se pretende que la ciudadanía de Zaragoza disponga de unos espacios de dispersión y ocio en los que pueda conectar con la naturaleza.
Algunas de las acciones utilizadas para renaturalizar el ecosistema fluvial y las zonas ajardinadas aledañas se corresponden con soluciones basadas en la naturaleza. Con estas acciones también se pretende que los espacios naturales de la ciudad de Zaragoza estén más adaptados al cambio climático.