La candidata de la CUP a la Alcaldía de Barcelona, Basha Changue, ha recriminado a BComú que las 'supermanzanas' se hayan convertido en «guetos chic de personas de paso» que no aumentan la calidad de vida de los vecinos, que para la CUP es de lo que se trataba.
Changue ha opinado que la ciudad se cebe pacificar desde una mirada global y de afectaciones a los municipios del entorno, en lugar de «ir haciendo remiendos» que han generado gentrificación, ha dicho en el marco de una ronda de entrevistas de Europa Press a los candidatos a la Alcaldía de Barcelona.
Para ella, el modelo 'supermanzana' del Gobierno de Ada Colau «como concepto en el papel es una buena idea», pero cree que se han aplicado con el único objetivo de proyección internacional y que no están funcionando por no ir acompañadas de medidas económicas, como un control del precio de los inmuebles.
La candidata 'cupaire' ha rechazado que «se llene la ciudad de personas de paso» porque no contribuyen a construir --en sus términos-- comunidades vecinales fuertes, que es el principal objetivo de las políticas de la CUP.
Por eso, su propuesta en materia de seguridad pasa por repensar el concepto mismo, que para Changue es tener redes vecinales basadas en la ayuda mutua en lugar de «militarizar» las calles y delegar la seguridad ciudadana a la policía.
«No necesitamos más enfrentamientos entre vecinas, lo que necesitamos es responsabilizarnos de la vida comunitaria», en un modelo que, ha seguido, se replica también en la limpieza de las calles porque cree que uno se responsabiliza del espacio público cuando se lo siente propio.
Turistas en barcelona
Asimismo, ha cuestionado que la ciudad necesite turistas: «El turismo se ha revelado como una inyección económica momentánea o a corto plazo, pero a largo plazo nos lleva a la destrucción de las comunidades y a convertir la ciudad en un escaparate».
Ha advertido literalmente de no caer en la trampa de escoger al tipo de turista cuando se habla de atraer a un turismo 'de calidad': para ella, a la práctica se trata de rechazar la pobreza y aceptar «a los ricos porque son los que engrosan sus negocios (de los lobbies)», en lo que ha tachado de aporofobia.
Changue ha opinado que «hay que ir hacia el decrecimiento turístico. Barcelona no puede asumir esta cantidad de turistas», ha dicho, mientras ha abogado por abandonar el camino de los servicios, aumentar la producción de las industrias no contaminantes y explorar, junto a los municipios del entorno, la producción primaria de alimentos.
De la obra del Gobierno municipal liderado por los comuns, ha apuntado que «la decepción viene del engaño por intentar hacer triunfalismo de medidas que son migajas, al final, del Estado» porque no son tan beneficiosas para los vecinos como intentan explicar desde el consistorio, según ella.
"juego a tres"
La alcaldable 'cupaire' ha relacionado esta crítica a la alianza de gobierno de BComú con el PSC y ve, además, «muy claramente como hay un juego a tres: Barcelona, Generalitat y Estado» en el que ERC ha renunciado a defender un proyecto de país, en sus palabras.
«Nos parece realmente triste que al final se hayan convertido en aquello que no parecía, pero que se hayan convertido en una pata más del régimen y que no tengan más voluntad que desactivar el conflicto nacional», que a su parecer en Catalunya está relacionado con cuestiones de clase.
Alianzas postelectorales
De cara a los pactos postelectorales, ha fijado como su prioridad las políticas que «pongan a las vecinas en el centro» y ha lamentado que en los últimos 40 años se hayan replicado las mismas políticas, a su juicio.
Preguntada textualmente por si facilitarían un gobierno de ERC, Comuns y PSC para evitar una alianza entre socialistas y Junts, ha respondido: «No tendremos más remedio», pese a que ha remarcado que para tomar esta decisión lo importante es estar en el consistorio después del 28 de mayo.