El diseñador de moda, Jean Paul Gaultier, ha presentado este jueves en CaixaForum Zaragoza, vía streaming y vestido con una de sus icónicas camisetas de rayas marineras, la nueva exposición dedicada a su persona, organizada por la Fundación 'La Caixa' y La Cinémathèque française y que estará disponible hasta el 20 de agosto.
'Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier' es el título de la muestra que reúne un centenar de piezas del modista en más de 60 looks, junto con fragmentos de más de 90 películas y 125 representaciones gráficas en carteles, bocetos, fotogramas y fotografías. Los originales y reproducciones, proceden en su gran mayoría de la colección de La Cinémathèque française, aunque también se han complementado con obras de más de veinte prestadores nacionales e internacionales.
En la presentación del contenido de la exposición han participado el director de la CaixaForum Zaragoza, Ricardo Alfós; la directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundación 'la Caixa', Isabel Salgado; la experta en cine de La Cinémathèque fraçaise y cocomisaria de la muestra, Florence Tissot; y, el invitado de honor, el director creativo, Jean Paul Gaultier, que ha intervenido a distancia.
El diseñador francés ha resaltado su relación con el séptimo arte: «Mi amor a la moda se me despertó una tarde, sobre los trece años, cuando descubrí en la tele Falbalas», ha confesado Gaultier, que ha explicado que esta película de Jacques Becker, trata sobre un amor imposible entre Clarence, un diseñador de moda, y Micheline, una joven de provincias que le inspira a crear una colección. Entonces, el joven Jean Paul pensó: «Quiero ser como él».
Al igual que en ese largometraje, cuando el 'enfant terrible' tuvo que desarrollar su primera colección decidió seguir los pasos de 'Clarence' y buscar a su 'Micheline'. Es en este momento en el que ya se empieza a apreciar lo que después sería una seña de identidad en su firma, la ruptura con la norma.
Sobre sus primeros pasos en la industria de la moda ha confesado: «No me gustaban los modelos profesionales y, por eso, salí a buscar a los míos en la modernidad de la calle. Me gustaba lo diferente. Las mujeres que caminaban diferente, las que no se comportaban como estaba estipulado, las racializadas, los cabellos de colores, es decir, la moda como expresión de algo, de moverse y de ser, ahí encontré lo que buscaba, lo distinto».
En la misma línea, el diseñador francés ha alabado el trabajo del director de cine español, Pedro Almodóvar, al que considera un amigo y con quien trabajó por primera vez en 'Kika', en el año 1993; le siguió 'La mala educación', en 2004 y, por último, en 'La piel que habito', en 2011. Piezas de estas películas, como el icónico vestuario de Victoria Abril interpretando a 'Andrea Caracortada', se exhiben en la exposición 'Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier' del CaixaForum Zaragoza.
Los dos 'niños terribles' han compartido una visión del mundo plasmada por el color y la impertinencia, en la que no existen prejuicios y siempre prima la predilección por los cuerpos distintos y lo queer, como ejemplifica el vestido con publis de lentejuelas y plumas de avestruz de 'La Mala Educación', también expuesto en la exhibición.
«He tenido la suerte de ser diseñador a través del cine, y también de poder hacerlo con Pedro Almodóvar. Él ha conseguido plasmar la evolución de una época desde una estética distinta y admiro eso de él. Busca esas diferencias con una precisión increíble».
A lo largo de su trayectoria profesional, el modista ha puesto el acento el empoderamiento femenino y el 'leitmotiv' de su obra ha sido la transgresión de la norma. Su intención en la exposición ha sido «mostrar la evolución del hombre y la mujer mediante el prisma del cine, el hombre cada vez más fragil, mientras que la mujer, cada vez más fuerte». Y es que, de mujeres empoderadas está colmada su obra, de las que habla con cariño y devoción.
Así ha recordado la que para él fue una de las más bonitas experiencias en el mundo de la moda, sino la que más, con una de sus ídolos, la cantante Madonna. Ha declarado a los asistentes: «Yo era gran admirador de ella, la veía bailar y a veces venía a mi boutique para vestirse. Para mí ella expresaba lo que yo quería mostrar, una mujer fuerte que decide en todo momento lo que hacer y desde un punto muy femenino».
Inspirado en la cantante, el modista confeccionó 'el corsé cónico' una de las prendas más famosas tanto de Madonna como del creador, convertido hoy en día en una bandera a la liberación de la mujer, que expresa tanto la lucha de la mujer como la defensa por su feminidad.
'cine y moda' por jean paul gaultier
'Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier' propone un viaje ecléctico que entrelaza cine y moda con grandes creadores y artistas, desde la óptica personal del enfant terrible, como diseñador de vestuario y como cinéfilo.
Desde un enfoque sociológico y más allá de la mitomanía, la muestra ahonda en el contexto de creación del vestuario para filmes y pone el acento en aspectos clave como el empoderamiento femenino, y su reflejo en la moda y en la filmografía del siglo XX.
Los visitantes de la muestra serán espectadores de una fusión del cine con la moda, desde la visión personal y subjetiva del director artístico, Jean Paul Gaultier, apodado también como 'el enfant terrible'. Aparecerán representados grandes modistos como Coco Chanel, Balenciaga, Pierre Cardin, Courrèges y Sybilla, y entre los looks más icónicos se encuentran vestidos que llevaron Catherine Deneuve ('8 mujeres'); Sharon Stone ('Instinto básico'); o Marilyn Monroe ('Eva al desnudo'). La exposición incluye también otras piezas como la cota de malla que llevó Ingrid Bergman ('Juana de Arco) o el corsé que llevó Madonna en su gira Blond Ambition World Tour de 1990, diseñado por el propio Jean Paul Gaultier). Así como, trajes que lucieron Christopher Reeve ('Superman'), Antonio Banderas ('La máscara del Zorro') o Silvester Stallone ('Rocky').
Como novedad, la exposición, incorpora un vestido de Azedine Alaïa que se verá solo en CaixaForum Zaragoza y que se inspira en el que llevó Arletty en la película 'Hôtel du Nord', de Marcel Carné de 1938.