La economía sumergida representó un 8,7% del PIB de Euskadi en 2020, lo que supone 6.214 millones de euros, con prevalencia en la construcción, comercio, hostelería y transporte, según las estimaciones realizadas por el Instituto vasco de estadística, Eustat.
Se trata de la primera vez que se elabora esta operación estadística 'Medición de la economía no observada' que se basa en el enfoque de cuentas económicas sobre estas actividades productivas legales que se ocultan de manera intencionada -en parte o totalmente- a las autoridades públicas, generalmente para evitar el pago de impuestos o de cotizaciones a la Seguridad Social.
Este dato, recogido en el sistema de contabilidad que elabora Eustat en sus Cuentas Económicas Anuales, se ha elaborado según la metodología de Eurostat y de acuerdo con el Sistema de Cuentas Nacionales (Naciones Unidas, 2008).
El Valor Añadido Bruto (VAB) generado por la economía sumergida en Euskadi se ha valorado en 6.214 millones en 2022, lo que supuso el 8,7% del PIB de ese año. El sector en el que se estima un mayor volumen de economía sumergida es el de la construcción, donde se cree que supuso el 23,9% de su actividad.
Por detrás, el sector que agrupa el comercio (incluida la reparación de vehículos), la hostelería y el transporte, generó el 17,1% de su riqueza de forma oculta. En las actividades inmobiliarias, la economía sumergida aportó el 14,7% del total del VAB generado; en otras
actividades de servicios, el 14,1% del sector, y en las actividades profesionales, el 10,1%.
En el resto de los sectores, las actividades sumergidas tienen una aportación mucho más moderada, tales son los casos de Información y comunicaciones con el 5,7%, e Industria y energía con el 4,9%, el sector Primario con el 2,6%. Finalmente, en la parte de mercado de los
sectores de educación, sanidad y servicios sociales se estima en un 2,2%.
Sector servicios
En relación al valor total de la economía sumergida, el sector Servicios es el que mayor aportación realiza, con el 74,1%. A su vez, dentro del sector Servicios, destaca el «Comercio, hostelería y transporte» con un 32,9% y, en segundo lugar, las «Actividades inmobiliarias», aunque a bastante distancia, con un 19,4%.
Un comportamiento más moderado lo presentan las «Actividades profesionales» con un 9,9% y «Otras actividades de Servicios» -que incluyen los servicios recreativos y culturales, actividades de reparación de ordenadores y otros artículos, así como actividades relacionadas con servicios de lavado y limpieza, peluquerías y otros tratamientos de belleza-, con un 5,3%.
Le siguen las actividades privadas de educación, sanidad y servicios sociales, con un 4,3%. Por el contrario, en 2020 los sectores de servicios que menor peso tuvieron en la estimación de esta parte de la economía no observada fueron el de «Información y comunicaciones» (1,9%) y las «Actividades financieras y seguros» (0,4%).
Respecto al resto de los grandes sectores, destaca el de la «Construcción», que supuso el 13,9% del total de la economía sumergida y el de la «Industria y energía» con el 11,8%. Finalmente, por debajo del 1%, se encuentra el «Primario», con un 0,2%.