Vox propondrá en el Pleno de Cibeles que se celebrará este martes que el Ayuntamiento de Madrid, recogiendo «seguramente el sentir mayoritario de la Corporación», financie el 25 por ciento de las obras de reconstrucción de la parroquia de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real, destruida por una fuga de gas en enero de 2021, suceso que costó la vida a cuatro personas.
Ese 25%, cifrado en 1,3 millones de euros, se materializaría a través de un convenio entre el Ayuntamiento con la parroquia Virgen de la Paloma y San Pedro el Real por medio del Arzobispado de Madrid para que el centro parroquial «pueda seguir con su labor social, cultural y religiosa».
El 20 de enero de 2021, recién pasada la borrasca Filomena, Madrid sumaba otra tragedia a su crónica negra, una explosión producida por una fuga de gas en la calle Toledo 98, a la altura de la puerta del centro parroquial.
Murieron cuatro personas: un recién ordenado sacerdote, Rubén Pérez; un feligrés padre de cuatro hijos, David Santos, ambos dentro del edificio; y dos viandantes que pasaban por la calle en ese momento, Stefko Vanov y Javier Gandía.
En Vox remarcan que las conclusiones de la investigación de la Policía científica «son determinantes» dado que el escape de gas se produjo debajo de la acera del número 98 de la calle Toledo, en la acometida de la empresa suministradora de gas, «lo que deja a la parroquia ajena a cualquier responsabilidad».
Dos años cerrada
La parroquia ha comenzado a buscar fondos para reconstruirla y poder retomar así su labor tras este parón de más de dos años desde que se inauguró en mayo de 1991 por el entonces cardenal Ángel Suquía.
En Vox argumentan que la parroquia «ha promovido y sostenido a matrimonios, ha dado esperanza a muchos jóvenes, ha cuidado dignamente a ancianos y enfermos y era lugar de acogida para colectivos devotos de la Virgen de la Paloma, como la Real Congregación Virgen de la Paloma, la Hermandad de Bomberos, la Federación de Agrupaciones Castizas, la Fraternidad de Donantes y Trasplantados, la Asociación de Enfermos de ELA y muchas otras actividades vecinales y sociales».
Y destacan su importante presencia en el barrio, con «250 familias que acudían semanalmente, con sus mas de 600 hijos, a las catequesis, celebraciones de la Palabra y de la Eucaristía, conferencias o conciertos». Además una veintena de niños y jóvenes se beneficiaban del apoyo escolar para estudiantes sin recursos o con necesidades especiales atendidos por un equipo cualificado de diez profesores voluntarios.
«Afortunadamente la explosión no afectó apenas al templo ni dañó el cuadro de la Virgen, pero sí al espacio donde el amor y la devoción a la Virgen de la Paloma toma cuerpo y vida y hace realidad la esperanza», han declarado en Vox.
Las cifras de las obras
«Toda esta tarea se perdió con la explosión del 20 de enero de 2021. Casi un millón de euros costará demoler el edificio actual y levantar la nueva estructura y algo más de 1,2 millones irían a cubrir fachadas, tejado, tabiquería y albañilería. Las instalaciones serán un millón más y los revestimientos y acabados costarán otro, a lo que hay que sumar el coste del proyecto, los visados, los impuestos y las tasas», ha enumerado el grupo municipal que capitanea Javier Ortega Smith.
En total «serán entre 5 y 6 millones para reconstruir el centro parroquial». En estos dos años se ha logrado recaudar algo más de 500.000 mil con pequeñas donaciones. El Arzobispado de Madrid ha querido contribuir con un préstamo que cubre una parte del presupuesto, préstamo «que se irá pagando a lo largo de los años con las aportaciones de los feligreses y con el resto de actividad de la parroquia».
«Pero no es suficiente para poder realizar la reconstrucción», una acción «que no pueden retrasar ni una hora más antes de que la labor conseguida durante todos los años anteriores se pierda por no tener un lugar donde seguir manteniendo las actividades», han advertido en Vox.
El grupo municipal ha remarcado que «todos los gobiernos han entendido que la parroquia es un sello de la ciudad, con un arraigo popular muy fuerte y con una labor social imprescindible para el barrio».