La Guardia Civil ha destruido una bomba de la época napoleónica que estaba en el Castillo de Peñíscola (Castellón) y que fue descubierta el pasado día 16 por operarios arqueólogos que se encontraban realizando obras de estudio y restauración en la zona.
Los técnicos localizaron un bola de cañón, que pensaron que posiblemente de la época napoleónica. El hallazgo se comunicó al Centro Operativo de Servicios (COS) de la Comandancia de la Guardia Civil y se activó el protocolo de desactivación por parte del Equipo de Desactivación de Explosivos (EDEX).
La bola de cañón fue trasladada a una zona de seguridad donde los especialistas comprobaron que se trataba de una bola de cañón napoleónica de 76 kilos de peso y un diámetro de 3100mm, cargada con pólvora negra, como se pudo comprobar tras varias detonaciones controladas para su apertura. Los restos serán entregados a los restauradores arqueólogos para su posterior estudio y documentación.
La Guardia Civil avisa de que los artefactos explosivos suelen hallarse en parajes aislados, zonas de labraza o dobles fondos de casas habitadas durante la guerra y pide que todo objeto con apariencia de artefacto explosivo y extraño al entorno se considere como tal, se extremen las precauciones, no se toque y se avise al 062 para que agentes especializados hagan la comprobación sin correr riesgos innecesarios.
Asimismo, pide que se impeda que nadie toque el objeto sospechoso; alejarse del lugar, por la misma ruta que se ha accedido, pero en
sentido contrario, ya que puede haber otros artefactos en la zona; esperar la llegada de los agentes a una distancia mínima de 300
metros del artefacto y, si es posible, a cubierto, y señalizar el hallazgo con elementos del entorno como piedras, ramas o una prenda con color intenso. En todo caso, no hay que «enmascararlo».