La jueza del Juzgado de lo Mercantil 9 de Barcelona ha ordenado al Restaurante Egipto SLU que «cese inmediatamente y se abstenga de utilizar la denominación Pinotxo Bar», que pertenece a la sociedad familiar titular del negocio.
En el auto, al que ha tenido acceso Europa Press, se explica que la solicitud de registro de la marca Pinotxo Bar se realizó el 31 de octubre de 2011, que fue concedida el 13 de febrero de 2012 y que se renovó el 17 de marzo de 2022.
El documento detalla que esta marca fue utilizada por uno de los propietarios y su familia para la explotación de un bar restaurante en el Mercado de la Boquería de Barcelona bajo el nombre de Pinotxo Bar, «adquiriendo reconocido renombre y prestigio a lo largo de varias décadas».
El 25 de enero de este año, este propietario cedió al Restaurante Egipto SLU la titularidad de las concesiones administrativas para la explotación de dos paradas con este nombre, donde se explotaba el negocio en la Boquería, sin consentimiento del otro socio familiar.
El 1 de marzo, este restaurante reabrió el local para realizar el mismo servicio de restauración en las dos paradas y, mediante burofax el 3 de marzo, el otro propietario le requirió que, en un máximo de 48 horas, cesara en el uso del nombre Pinotxo Bar, aunque no le hicieron caso.
El auto sostiene que la marca Pinotxo Bar está siendo usada por la empresa demandada «para el mismo servicio para el que la marca está registrada, sin consentimiento ni autorización del titular de la marca, causando con ello confusión en el mercado».
Comunicado familiar
En un comunicado consultado por Europa Press, representantes legales de la Sociedad Civil Particular (SCP), es decir, la empresa familiar, han explicado que «las informaciones aparecidas hasta el momento recogen relatos construidos de modo sesgado, cuando no tendencioso», tanto por el actual entorno del familiar que cedió el local como por el Restaurante Egipto SLU.
"El negocio seguirá, con la tercera y cuarta generación al frente,
conservando el espíritu familiar que siempre ha caracterizado al Pinotxo Bar, su trato al cliente y el buen saber hacer gastronómico, conservando la esencia familiar y su tradicional y afamada cocina", pero no podrá hacerlo en las mismas paradas que este familiar cedió, según el comunicado, a un tercero cuando decidió jubilarse definitivamente a los 89 años.
La familia ha asegurado que el hombre ha sido «teledirigido, y será el tiempo el que arrojará luz sobre a quién beneficia en última instancia esa decisión e ímprobo proceder».
Asimismo, aseguran que los daños personales y de imagen por la pérdida de la ubicación del negocio familiar en el Mercado de la Boquería «son irreparables y los perjuicios económicos inferidos, enormes».
«Se buscará la restitución de sus derechos y la reparación del daño, empleando para ellos cuantas acciones en derecho les asistan», han zanjado.