Un grupo de espeleólogos ha descubierto más de un centenar de grabados prehistóricos en la Cova de la Vila de La Febró (Tarragona), del periodo calcolítico-bronce, dispuestos en un panel de 8 metros de largo y que son «excepcionales tanto por su singularidad como por el excelente estado de conservación».
El hallazgo, presentado este viernes, se ha producido en una pequeña cueva descubierta intacta y es «una de las pocas representaciones de arte esquemático subterráneo del territorio», informa la Conselleria de Cultura de la Generalitat y el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Iphes).
El descubrimiento de los grabados se produjo el 13 de mayo de 2021 en unas exploraciones y trabajos topográficos por parte de un grupo de espeleólogos en la zona conocida como Barranc de la Cova del Corral.
Allí encontraron la Cova de la Vila, una cavidad excavada por Salvador Vilaseca durante los años 40 y del que se había perdido su ubicación: a través de una de sus entradas al sistema subterráneo consiguieron abrir el acceso en un pequeño agujero que los llevó a una sala oval de más de 90 metros cuadrados.
Tras recibir fotografías del lugar por parte de los espeleólogos, los investigadores Ramon Viñas y Josep Vallverdú visitaron la cueva para confirmar la autenticidad histórica del conjunto de grabados, notificada después a la Conselleria.
"mejores composiciones de arte esquemático"
Sobre el conjunto de arte rupestre de la Sala dels Gravats de la Cova de la Vila, han añadido que «pese a no haberse iniciado su fase de estudio, todo parece indicar que figurará entre las mejores composiciones de arte esquemático y abstracto subterráneo postpaleolítico de la cuenca mediterránea».
En una de las paredes de la cueva se ha identificado una amplia serie de representaciones esquemático-abstractas, de diseño muy simple, y el panel está configurado a partir de cinco líneas horizontales, una sobre la otra, y en cada una de ellas hay diferentes figuras grabadas con su propio significado y simbolismo.
Según Viñas, esta composición del panel de la Sala dels Gravats es insólita y está indicando una «cosmovisión por parte de las poblaciones del territorio durante el proceso de la neolitización».
Una de las singularidades de este mural es que se hizo exclusivamente con la técnica del grabado, ya sea mediante una herramienta de piedra o madera en el caso de los detalles, como directamente con los dedos.
Se representan figuras cuadrúpedas, zig zags, trazos lineales, angulosos y círculos, y destacan una serie de zoomorfos (posiblemente bóvidos y equinos), esteliformes y reticulados, además de una composición que «recuerda a un ídolo oculado».
Los expertos han afirmado que el conjunto es muy homogéneo estilísticamente y presenta escasas superposiciones, y desde el punto de vista estilístico se enmarca en el arte esquemático postpaleolítico, un arte asociado a comunidades agricultoras y ganaderas.
Bien cultural
El estado de conservación de los grabados de la Cova de la Vila es «excepcional», al tiempo que delicado por la inestabilidad del apoyo en el que se encuentran: se trata de una superficie blanda y húmeda al que los cambios de condiciones atmosféricas en la sala podrían alterar la conservación del panel.
La Generalitat, el Ayuntamiento y el Iphes han trabajado para el cierre tanto exterior como interior de la cueva y garantizar su conservación física, y para consolidar su protección el Govern ha declarado el yacimiento como Bé Cultural d'Interés Nacional en la categoría de zona arqueológica.
La Conselleria trabajando en la documentación digital mediante fotogametría y el escaneo laser que permita crear un modelo 3D de la cavidad, ya que, al no tener acceso libre, esta documentación servirá para difundir los grabados.