El reportero Xavier Aldekoa se adentra en el río Congo para ofrecer «una mirada honesta» y plasmar las historias de su gente en el libro 'Quijote en el Congo', en librerías desde el jueves publicado por Columna en catalán y por Península en castellano.
En una entrevista con Europa Press, Aldekoa, que durante los últimos 20 años ha viajado por medio centenar de países africanos explicando sus conflictos, culturas y tradiciones, ha asegurado que este es el que le ha resultado «más complicado» y complejo, y que no lo podría haber realizado sin sus años de experiencia previos en el terreno.
«No valía solo mi mirada», ha remarcado el reportero, que para desgranar esas realidades y su contexto de forma más completa ha incorporado en el libro testimonios de historiadores, artistas y médicos, así como con una cincuentena de fotografías capturadas a lo largo de la aventura y que permiten descubrir 'otro' Congo, ha dicho.
En el libro comparte vivencias, anécdotas, encuentros y desencuentros por los más de 4.700 kilómetros que recorrió durante dos meses por este gran río africano, desde sus fuentes hasta la desembocadura, un viaje que emprendió con un ejemplar de 'El Quijote' bajo el brazo, un «compañero de viaje» que le hizo sentirse a él como su Sancho Panza y al que hace un guiño en el título.
Ha recordado que durante ese tiempo tuvo la sensación de haber llegado al límite en muchas ocasiones, por lo que ahora está contento de «haber seguido adelante, de no bajar los brazos cuando todo lo indicaba y de haber superado esta cadena de obstáculos».
Un paraíso "salvaje, misterioso, místico"
En el libro también hace una «inmersión en un río que todavía es de los pocos paraísos terrenales: salvaje, misterioso, místico y lleno de vida y aventura», y ha explicado desde su publicación está recibiendo muchas muestras de respeto y reconocimiento hacia su trayectoria, elogios que agradece.
Para Aldekoa (Barcelona, 1981), desde Europa existe una visión especialmente sesgada del Congo, «que tiene una etiqueta de lugar en desgobierno, en guerra, que acumula todas esas sombras del continente», y ha reivindicado sus ciudades modernas y grandes intelectuales.
Explicar realidades complejas sin "edulcorar"
Aunque no quiere definir a su gente como víctimas de unas circunstancias, como la pobreza, ha advertido del peligro de «edulcorar y dulcificar una realidad que no lo es», y ha añadido que se tratan de vidas complejas, diversas y sobre todo muy interesantes.
Precisamente por este motivo considera importante «dedicarles tiempo para ir más allá», para ganarse su confianza, llegar a sus rincones más personales y ahondar en ellos, y ha confesado que ha intentado escribir este libro con una dedicación y un cariño como si fuera su último.
"cicatrices de tantos siglos de abusos"
Preguntado por qué aprendizajes se lleva a nivel personal, ha explicado que recuerda con especial cariño la generosidad de la comunidad congolesa, «de la que se siguen viendo las cicatrices de tantos siglos de abusos», y ha destacado que sin esta generosidad no hubiera conseguido realizar el proyecto.
Ha opinado que las sociedades occidentales podrían aprender y adoptar actitudes más generosas sin esperar nada a cambio y «estar más abiertos a ayudar a los demás de manera más transparente», y se considera un afortunado de haber podido realizar un proyecto tan personal, ha dicho, teniendo en cuenta la precariedad del oficio.
Después de publicar 'Quijote en el Congo', ahora tiene varios «frentes abiertos»: trabaja en el guión de una obra de teatro, en un cuento infantil inspirado en el río Congo y en un proyecto sobre el impacto del cambio climático en el norte de África y el sur de Europa, y que le llevará a viajar próximamente a Egipto y Marruecos.