Pablo Ibar, sobrino del mítico boxeador vasco José Manuel Ibar 'Urtain', espera lograr, en la vista que se celebrará este martes en la Corte de Apelaciones de Florida, que se revoque su condena a cadena perpetua de 2019 y se repita el juicio para poder demostrar su «inocencia» en el triple crimen de junio de 1994 Casimir Sucharski, dueño de un local nocturno y de las bailarinas Sharon Anderson y Marie Rogers.
Su abogado, Joe Nascimento, alegará «contaminación» en la custodia de la prueba principal del caso, la camiseta con el que uno de los autores se cubrió la cara, y en la que aparecieron trazas genéticas del acusado en valores muy pequeños. En el anterior juicio, un analista aseguró que la camiseta con ADN de Ibar llegó en una bolsa con el precinto abierto.
La Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo ha señalado, en un comunicado, que Pablo Ibar afronta «una fase crucial en la lucha que mantiene por demostrar su inocencia». Mañana el Tribunal del Cuarto Distrito de la Corte de Apelaciones, con sede en la ciudad de West Palm Beach, en el Estado de Florida (EE.UU.), será escenario de la vista de apelación en la que el preso de origen español, que pasó casi 20 años en el corredor de la muerte, solicitará la revocación de la condena a cadena perpetua que cumple actualmente y la celebración de un nuevo juicio «con todas la garantías».
Ibar se encuentra actualmente sentenciado a permanecer recluido de por vida, después de que en 2019 fuese declarado culpable de un triple asesinato, cuya autoría siempre ha negado. «Confío en que, tras revisar las pruebas así como los problemas y las decisiones del tribunal que le juzgó entre 2018 y 2019, los jueces estarán de acuerdo en que Pablo no recibió un juicio justo», afirma el abogado del recluso, Joe Nascimento.
La apelación comenzará a las 14.00 horas, hora local en Florida (20.00 horas en España), y se desarrollará mediante videoconferencia, una práctica cada vez más extendida en Norteamérica debido a la pandemia, por lo que ni el abogado de Ibar ni el representante de la Fiscalía estarán presentes en la sede judicial.
El acto procesal, no obstante, se retransmitirá a través de la página web oficial del propio Tribunal de Apelaciones. Nascimento dispondrá solo de 10 minutos para exponer los motivos que le llevan a pedir que su defendido sea juzgado de nuevo. La sesión se prevé que comience con la exposición inicial del letrado. Posteriormente, intervendrá el fiscal asignado, y concluirá con una última intervención reservada a la defensa.
Doce motivos
Joe Nascimento tiene previsto exponer doce motivos por los que cree que el juicio de Pablo Ibar celebrado entre 2018 y 2019 fue «injusto». La Sala la conforman la magistrada Melanie G. May, y los jueces Cory J. Ciklin y Jeffrey T. Kuntz, que han tenido que revisar 20.000 páginas de transcripciones. Solo el escrito del abogado cuenta con más de cien folios.
La existencia de una «minúscula» muestra de ADN perteneciente a Pablo Ibar en una camiseta que fue hallada en el escenario de los hechos y que era portada por uno de los autores del delito, centrará en buena medida el discurso del abogado. La valoración de esta prueba constituye precisamente uno de los motivos clave que esgrime en su texto de apelación, ha asegurado la Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo.
Esta muestra biológica fue incorporada a la causa de manera sorpresiva solo unos meses antes del inicio del último juicio. Hasta ese instante, todos los análisis efectuados habían dado negativo respecto a restos vinculados a Ibar. Las trazas genéticas del acusado encontradas eran, además, de valores pequeños que, según la defensa y peritos, solo podían ser producto de una contaminación accidental durante la custodia de pruebas.
Joe Nascimento espera que en la vista pregunten por el ADN, porque estará «preparado para mostrarles cómo en seis zonas distintas de la camiseta aparece el ADN de un hombre, y ese hombre no es Pablo Ibar».
Asimismo, la defensa quiere demostrar a los jueces que el hombre que aparece en el vídeo que grabó el crimen «y se restregó la camiseta por la cara varias veces, la tocó en repetidas ocasiones, se limpió la boca y habló dentro de la camiseta durante varios minutos», por lo que había saliva en la prenda que no correspondía con la de su cliente.
Nascimento sostiene también como causa para la revocación de la sentencia la actuación del magistrado Dennis Bailey, quien dirigió el último proceso en el que Ibar fue condenado a cadena perpetua, y que considera que «vulneró derechos constitucionales del acusado».
Por todo ello, confía en que los jueces del Tribunal de Apelaciones, una vez hayan examinado todas las pruebas, así como «los problemas y las decisiones del tribunal que le juzgó entre 2018 y 2019, estarán de acuerdo en que Pablo no recibió un juicio justo», y que este debe tener «garantizado constitucionalmente un juicio justo», que se le daría «a través de la anulación del veredicto y de la sentencia».
Ibar ha sido trasladado recientemente desde el centro penitenciario de Okeechobee (Florida), donde permanecía desde que le fue conmutada la pena de muerte por la de perpetua, a otra instalación privada, en la que desarrolla diversas actividades y ha iniciado un curso de soldador.
Los tres jueces del Tribunal de West Palm Beach deben establecer si a Pablo Ibar le asiste el derecho a «una nueva oportunidad», tal como sucedió en 2016, cuando el Tribunal Supremo de Florida dejó sin efecto la pena de muerte que entonces pesaba sobre él y ordenó la celebración de un nuevo juicio, al estimar que las pruebas contra el acusado eran «endebles».
En aquella ocasión, el Supremo de Florida censuró «la mala praxis» del letrado que defendió al acusado y concluyó que no existían «pruebas físicas» que conectasen a Ibar con el triple asesinato que se le imputa. Una vez concluya la apelación de este martes, se abrirá un periodo de deliberación entre los miembros del tribunal.
Esta fase se puede prolongar varios meses e incluso no se descarta que el fallo tarde en conocerse un año. En el caso de que la apelación no prospere en esta instancia, la defensa acudirá al Tribunal Supremo de Florida.
Pablo Ibar fue declarado culpable del triple crimen que en junio de 1994 acabó con las vidas de Casimir Sucharski, dueño de un local nocturno y propietario del chalet donde se perpetraron los delitos, y de las jóvenes Sharon Anderson y Marie Rogers.
Los tres fueron asesinados por dos individuos que irrumpieron en la vivienda. La secuencia de los hechos fue grabada por una cámara de vídeo situada en el salón de la casa, que, en un momento determinado, capta el rostro de un joven con rasgos latinos que la Policía identificó con Pablo Ibar.
Sin embargo, en el último juicio celebrado en 2018-2019 quedó acreditado, incluso por peritos de la acusación, que este vídeo no tenía la calidad de imagen suficiente para realizar ninguna identificación.