El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha alertado que «crecen los derechos de los animales y sus crías, mientras el nascituro es despojado de todo derecho» y, «más aún, se proclama que el aborto es un derecho», de forma que ahora se imponen «18 meses de prisión por matar una rata, y se puede matar al niño en el seno materno con todas las facilidades».
Así lo ha señalado el obispo en su carta semanal, recogida por Europa Press, aludiendo a las palabras que, recientemente y en este sentido, ha pronunciado el nuncio apostólico del Papa en España, Bernardito Auza, añadiendo Demetrio Fernández, por su parte, que «como si se hubieran desatado todos los demonios, vemos que la mentira, la violencia, el atropello de los derechos humanos y el mal en todas sus formas afloran por doquier».
Al respecto, el obispo ha advertido que «no podemos afrontar tanta maldad solo con un programa político. El mal se vence a fuerza de bien. Estos demonios solo se expulsan con oración y ayuno, nos recuerda Jesucristo».
«Pero, cómo pueden los humanos llegar a tal desprecio de la vida --ha proseguido--, que haga cada vez más fácil el aborto y no ofrezcan más medios para las personas que están en peligro de matar al hijo de sus entrañas. Se suprime el tiempo de reflexión, se rebaja la edad para cometer este 'crimen abominable', como dice el Vaticano II, y se niega la información previa al consentimiento informado».
Por eso, «junto a esa oración y ayuno que brotan de la conversión, hemos de despertar la conciencia personal y social ante la dormidera de una sociedad que parece entumecida y narcotizada. La vida ha vencido sobre la muerte en Jesucristo muerto y resucitado. También hoy la vida vencerá a la muerte», ha pronosticado.
En este sentido, Demetrio Fernández ha dicho en su carta «apoyar de corazón la valiente iniciativa '40 días por la vida', desde el miércoles de ceniza hasta el jueves santo, que tiene lugar en el mundo entero para hacernos caer en la cuenta de la tremenda desgracia del aborto, al que no debemos acostumbranos».
«También en nuestra diócesis --ha añadido-- hay personas que se apuntan voluntariamente para rezar ante la clínica abortiva y ofrecer a las mujeres otra alternativa, respetando siempre su libertad. En nuestra ciudad de Córdoba ya han sido rescatadas varias vidas, que estaban destinadas a su destrucción, y se han convertido varias mujeres que iban camino del exterminio. Surgen también iniciativas de apoyo a los cuidados paliativos, en lugar de la eutanasia que suprime a los enfermos terminales. Si quieres colaborar, pregunta en tu parroquia».