La jefa del equipo de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid (Ericam), Annika Coll, ha alabado la acogida y la serenidad de los ciudadanos de Turquía tras el terremoto y ha afirmado que, durante su viaje para ofrecer ayuda humanitaria a la población, el cuerpo ha sentido «impotencia» porque no se «llega» a todo.
Los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) han estado durante nueve días buscando a supervivientes de la tragedia junto a Bomberos de la Comunidad de Madrid. Según Coll, esta semana ha sido «muy dura» y los miembros del equipo están «fundidos», pero creen que Turquía ha sentido el apoyo de la comunidad internacional en una situación «extrema».
El Ericam protagonizó el rescate de una mujer que llevaba 162 horas atrapada bajo los escombros. Coll ha reconocido que la primera sensación es la «incredulidad» de que pudiera haber sobrevivido en esas condiciones y, a continuación, se pasa a «la concentración absoluta» para su rescate lo antes posible.
«Ver sus caras cuando salen de los escombros es maravilloso, no tiene precio y alimenta para toda la vida». Así resume el teniente coronel José Luis Jiménez la experiencia de rescatar a personas con vida del terremoto de Turquía.
Un total de 13 efectivos de la UME y otros 40 bomberos de la Comunidad han aterrizado este miércoles en la base aérea de Torrejón de Ardoz una vez finalizadas las tareas de búsqueda de supervivientes en Turquía. Han sido recibidos entre aplausos por compañeros, familiares y la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la presidenta Isabel Díaz Ayuso.
Catástrofes "inimaginables"
El jefe del contingente militar ha explicado que a su llegada al país encontraron una catástrofe de dimensiones «inimaginables», no comparable con otras emergencias en las que ha actuado la UME durante sus casi dos décadas de existencia.
Allí, ha reconocido que el trabajo ha sido «bastante complicado» pero todos los servicios de emergencias internacionales han trabajado sin descanso. «Ha sido bastante complicado, la emergencia ha sido enorme, hay muchos edificios colapsados y muchas víctimas en su interior», ha relatado nada más descender del avión.
En este escenario, los militares españoles han vivido muchos momentos «tristes y duros» con el hallazgo de cadáveres entre los escombros, pero también han protagonizado experiencias «alegres» con el rescate de personas con vida, como los dos niños y su madre a los que pudieron rescatar bajo los escombros y que después visitaron también en el hospital.
Esta labor ha asumido que les supondrá un impacto psicológico que tendrán que gestionar en las próximas semanas gracias a su preparación y a la ayuda de psicólogos, pero ha asegurado que eso no les impide estar siempre dispuestos a actuar. «Estamos preparados y si mañana hay que volver a salir, salimos sin problema», ha asegurado.