Un hombre, agente de la Guardia Civil destinado al Destacamento de Tráfico de Gandia (Valencia) acusado de falsificar cinco boletines de denuncias contra un vehículo por infracciones inexistentes como arrojar un cigarrillo a la vía pública, ha negado los hechos: «Cada día entiendo menos», ha dicho.
El hombre ha sido juzgado este martes en la Audiencia de Valencia y se enfrenta a una pena, según reclama el ministerio fiscal, de cuatro años y medio de prisión por un delito de falsificación de documento oficial cometido por funcionario público, además del pago de una multa e inhabilitación especial por cinco años.
Los hechos se remontan al 1 de agosto de 2021. Según el relato del fiscal, el agente, mientras estaba de servicio, emitió cinco boletines de denuncia contra un vehículo por infracciones inexistentes como arrojar un cigarrillo a la vía pública, saltarse un Stop, no usar cinturón de seguridad, no tener la ITV y no pararse ante las señales de los agentes. En las denuncias hizo constar como testigo a su compañero de servicio y firmó por él.
El acusado ha afirmado que las denuncias correspondían a hechos reales, puesto que observó cómo el denunciado iba sin cinturón, hizo caso omiso a sus señales para detenerse y tiró un cigarrillo por la ventanilla.
Como había mucho tráfico, lo perdió de vista. Así, se apuntó la matricula, que también memorizó, y se detuvo en un área de servicio de la AP-7, en La Safor, y redactó los boletines de denuncia.
En ese momento ha dicho que le comentó los hechos a su pareja de servicio y le indicó que iba a hacer varias denuncias. Las mismas no las pudo entregar al denunciado porque éste se dio a la fuga. «Si se dio a la fuga, ¿cómo le iba yo a notificar las infracciones?», se ha preguntado.
Transcurrido un tiempo, el 6 de octubre, el acusado ha indicado que le llamó su superior al despacho y le informó de que había una denuncia contra él por «una serie de tonterías» y se quedó «perplejo». «Me pidió mi arma porque estaba inmerso en un expediente disciplinario y se la dí. No me dieron más explicaciones», ha expuesto.
Seguidamente, cuando le llamaron del juzgado se enteró de que estaba acusado de un delito de falsedad documental por haber falsificado la firma de su compañero en los boletines de denuncia. «Cada día entendía menos», ha apostillado.