El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha tachado de «chollo» la mesa de diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat, y ha acusado a PSC y ERC de mantener un pacto de gobernabilidad en España y en Cataluña.
Lo ha dicho este miércoles en un acto, bajo el lema 'La Barcelona sensata', de presentación del candidato popular a la Alcaldía de la capital catalana, Daniel Sirera, junto con el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, y el presidente del PP de Barcelona, Manu Reyes.
Feijóo ha defendido que «no hay diálogo si no hay debate sano, leal y de buena fe», y ha asegurado que quiere volver a hablar de diálogo en Cataluña, pero quiere cambiar de temas y poner más el foco en el crecimiento económico, de empleo y de políticas a las que destinar el dinero público.
«De eso quiero hablar, y no de políticos fugados. Me interesan más los políticos que quieren venir a Cataluña», ha afirmado el dirigente popular sobre los líderes independentistas en el extranjero.
Ha acusado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de haber gobernado pensando en sus intereses y en el de «algunos políticos independentistas», algo que considera un error porque no representan a todos los catalanes.
Ha subrayado que «no hay diálogo cuando una parte impone y la otra obedece», y ha criticado la derogación del delito de sedición y que Sánchez pidiera el voto para luchar contra la corrupción y luego bajase las penas de malversación, en alusión a la reciente reforma del Código Penal (CP).
Sánchez, "el que más ha mentido"
El líder popular ha afirmado que Sánchez «está presumiendo de que ha terminado con el independentismo, y que ha solucionado los problemas de Cataluña», y ha sostenido que la realidad es que Sánchez es el político que, a su juicio, más ha mentido a Cataluña.
«Si ha habido un político que mintió a los catalanes es Sánchez, y yo aseguro que no les voy a mentir», ha insistido Feijóo, que ha criticado que el presidente del Gobierno pidiese el voto a los catalanes para garantizar la gobernabilidad de España y después se haya sustentado en los independentistas para gobernar.
Ha lamentado que en Cataluña los políticos no han estado a la altura de los ciudadanos, y ha apostado por abrir una nueva etapa: «No me resigno y quiero un país otra vez unido, un país en que en política vengamos a soldar y no fracturar, a servir y no ideologizar», tras lo que ha defendido llegar a acuerdos en los temas en los que haya puntos comunes.