Los muros de hormigón de la M-30 serán revestidos con grandes jardines verticales lineales con el objetivo de «incrementar la infraestructura verde en la ciudad para contribuir a mejorar la calidad del aire y adaptar la capital al cambio climático».
Así lo ha anunciado este martes el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, desde el Centro de Interpretación de Madrid Río. Calle 30 Natura, el nombre del proyecto, supone una inversión de 30 millones de euros y se desarrollará por fases.
«Se trata de un proyecto de transformación urbana en el eje viario más emblemático de la ciudad de Madrid, nuestra querida Calle 30, por donde circulan más de un millón de vehículos al día», ha expuesto el primer edil capitalino.
Primero se va a desarrollar un proyecto piloto, que comienza esta semana, con un presupuesto de 3.802.391,54 euros, IVA incluido en la avenida de la Ilustración. Será en los muros de 400 metros de longitud de la M-30 que se sitúan entre la glorieta de Mariano Salvador Maella y la glorieta de Nueva Zelanda donde se va a implantar esta nueva masa verde.
La segunda fase de Calle 30 Natura se ejecutará en 2024. Con ella continuará transformando en vegetal 100.000 metros cuadrados de hormigón de la M-30. Esta iniciativa pasa por la mejora ambiental de la vía, pero también visual, pues los jardines verticales ganarán terreno en la autovía y se acabará con los grafitis.
Además, en los jardines verticales instalarán sensores de contaminación que permitirán conocer cuál es la captación de contaminantes de los paneles, especialmente de las personas que viven cerca o utilizan el entorno como peatones. Para poder acceder a las estructuras para su revisión y mantenimiento se contempla un sistema de paneles abatible de fácil acceso.