Un total de 44 personas perdieron la vida durante 2022 en accidentes de tráfico en Euskadi, dos más que el año anterior, y de ellas casi el 70% corresponde a colectivos vulnerables, entre los que destaca el incremento que han experimentado los viandantes fallecidos, un total de 15, según los datos hechos públicos por la directora de Tráfico del Gobierno Vasco, Sonia Díaz de Corcuera.
La directora de Tráfico ha presentado este lunes en Bilbao el balance provisional de accidentalidad, siniestralidad y movilidad de tráfico en Euskadi del año que acaba de terminar y en el que se ha consolidado la recuperación de la movilidad previa a la pandemia de covid-19 en términos generales, a pesar de lo cual la accidentalidad se ha reducido respecto a 2019.
El balance provisional de 2022 refleja que la accidentalidad en las vías vascas continúa una tendencia descendente. En función de las cifras de la Ertzaintza, el año pasado hubo 7.354 accidentes (un 13% menos que en 2019 y un 1,8% menos que en 2021). Las personas heridas graves, un total de 360, han descendido, con 89 menos que en 2019 y 95 menos que en 2021.
Por contra, 44 personas han perdido la vida en accidente de tráfico en Euskadi, según los datos de Ertzaintza y policías locales, lo que supone dos víctimas mortales más que en 2021, aunque son siete menos que en 2019. El 77% de las personas fallecidas fueron hombres (34) y el 23% mujeres (10). Un total de 25 fallecidos eran conductores (14 de motocicleta, una de bicicleta y 10 de turismo u otro vehículo), cuatro son ocupantes y 15 son viandantes.
En las cifras de víctimas mortales, destaca el peso de los colectivos vulnerables el pasado año ya que representan el 68% de las personas fallecidas. El porcentaje de personas vulnerables que han perdido la vida en accidentes en vías vascas ha aumentado un 16% respecto a 2019, cuando la cifra alcanzó el 59%, y un 43% respecto a 2021, cuando fue del 48%.
Dentro de ellos, baja el número de motoristas fallecidos, que pasa a ser de 14, frente a los 17 de 2021 y los 16 de 2019, y también el de ciclistas, con una víctima mortal frente a las dos registradas en 2021 (en 2019 fue una). Por contra, aumenta el de viandantes, con 15 fallecidos en 2022, frente a uno de 2021 y los 13 de 2019.
En el análisis de la evolución de la mortalidad desde el inicio del siglo, se observa una tendencia descendente ya que en 2020 se alcanzaron las 218 personas fallecidas, en 2010 fueron 67 y en 2019 un total de 51. En todo caso, Díaz de Corcuera ha subrayado que, pese al descenso, «no dejan de ser datos dramáticos» porque, «detrás de cada numero hay una persona, una familia, un entorno» y, por tanto, «a todos debe hacernos reflexionar».
Por territorios, la mortalidad baja con respecto a 2019 en los tres, pero en comparación con 2021 aumenta en Bizkaia y Gipuzkoa, en ambos casos con 18 víctimas mortales que suponen dos personas más fallecidas, mientras que desciende en Álava, con ocho fallecidos que suponen dos menos que un año antes.
Por lo que respecta a las causas de estos accidentes mortales, la directora de Tráfico ha advertido de que los factores «son recurrentes» y las distracciones, la velocidad inadecuada a las circunstancias de la vía y el consumo de alcohol y drogas siguen siendo «los tres asesinos en la carretera».
Además ha precisado que, frente a la tendencia a «pensar que los peatones son atropellados porque se distraen, porque son personas mayores, en la gran mayoría el infractor es el vehículo que les atropelló».
En función de los datos que ha aportado, de las 15 personas viandantes fallecidas el año pasado (ocho mujeres y siete hombres), ocho tenía más de 65 años. Solo el 27% de los casos se debió a que el peatón cometiera alguna infracción.
El primer día de este 2023 comenzó con un fallecido por arrollamiento en una vía verde entre Ortuella y Trapagaran, donde una persona de avanzada edad, que caminaba por ella, fue atropellada por un ciclista. Díaz de Corcuera ha explicado que aún se están investigando las causas de este siniestro.
En el caso de los motoristas, ha incidido en que algunos de estos accidentes pueden evitarse «siendo responsables y diligentes, adecuando la velocidad, con un buen mantenimiento del vehículo y con formación».