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El arzobispo Benavent destaca a Benedicto XVI como un "Papa grande por sus cualidades intelectuales" pero "humilde"

El arzobispo electo de Valencia, monseñor Enrique Benavent. | VICTOR GUTIERREZ

| Valencia |

El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha mostrado su «dolor y esperanza cristiana» por el fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI, al que ha recordado como «un Papa grande por sus cualidades intelectuales, su magisterio, sus enseñanzas, por su amor a la Iglesia», pero «al mismo tiempo sencillo y humilde». «Esta es también la clave para entender su grandeza», ha afirmado.

Benavent, en un mensaje a los diocesanos, ha recordado la visita a Valencia del papa emérito en el Encuentro Mundial de las Familias. También ha destacado que su pontificado estuvo «enmarcado en dos declaraciones suyas».

La primera, «la que hizo el día de su elección en la sede de Pedro, presentándose ante el mundo como 'un humilde trabajador de la viña del Señor'», ha indicado el arzobispo, que añade que «así ejerció y vivió sus años de ministerio Petrino», en los que «transmitió con fidelidad, con delicadeza y respeto, el mensaje el Evangelio».

«Nos anunció y nos enseñó las razones de la Fe. Quiso anunciar a Jesucristo a todo el mundo, y quiso proponer a todos las razones por las que los cristianos estamos llamados a dar razón de nuestra esperanza en medio de nuestro mundo», ha expuesto.

También ha incidido en que «para él también fueron años de cierto sufrimiento, que él vivó como una entrega de su persona y de su vida a la Iglesia. Y esto es lo que hace grande a un Pontífice: vivir la propia misión como entrega de la propia persona al servicio de la Iglesia».

En segundo lugar ha resaltado las palabras del día en que se hizo efectiva su renuncia a la Sede Pontificia, en el balcón del Palacio apostólico de Castelgandolfo: «Solo soy un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en la tierra».

En opinión de Benavent, el papa emérito «era consciente de que el Señor le pedía ya en este momento esta manera de vivir en un Monasterio, y ofreciendo su vida y su persona por la Iglesia». «Estoy convencido de que el Señor habrá hecho fructificar y hará fructificar su humildad, su entrega, el testimonio de una vida sencilla y humilde al servicio de la Iglesia», ha señalado, antes de pedir que Dios «lo haya acogido con misericordia en su seno».

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