La directora general de Patrimonio Cultural, Marisancho Menjón, ha presentado, este jueves, el libro divulgativo sobre la etapa del genial artista de Fuendetodos, titulado 'Francisco de Goya, pintor aragonés', de Fico Ruiz.
Editado por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ejecutivo autonómico, con el apoyo de la Fundación Goya en Aragón, la obra pretende dar a conocer la figura del pintor de Fuendetodos y acercarla a un público amplio, descubriendo sus facetas más desconocidas de su etapa inicial de una forma amena, pero sin perder el rigor.
«Con esta publicación, el Gobierno de Aragón continúa difundiendo y poniendo en valor la vida y la obra de Francisco de Goya más allá del 275 aniversario de su nacimiento», ha expresado la directora, quien ha recordado la amplia programación puesta en marcha por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte, con la colaboración de la DPZ, con motivo de esta efeméride durante todo el 2021.
Este volumen nace con una clara vocación divulgativa y está dirigida a un público amplio. Su objetivo es reunir y refrescar lo que se conoce sobre el Goya más desconocido y presentar su andadura de una forma accesible y amena, de modo que pueda ocupar un lugar en las bibliotecas de todas las familias aragonesas.
En sus páginas, se busca valorar y dar a conocer la primera parte de la vida de Francisco de Goya, en concreto, los casi treinta años en que residió en Zaragoza tras su ocasional nacimiento en Fuendetodos.
Más de cien imágenes
Esta etapa no corresponde a un mero prólogo de su dilatada trayectoria, sino que resultó decisiva en su evolución posterior. El libro incluye también más de 100 imágenes de obras y bocetos del artista, cedidas por instituciones como el Museo del Prado, el Museo de Bellas Artes de Valencia y el de Bilbao, la colección Jesús Murillo o el Archivo IFC, entre otras. Así, cuando Goya se instaló en Madrid no lo hizo como aprendiz sino como un artista formado que llevaba ya tiempo como profesional.
En la capital del país su condición de aragonés le ayudó a su vez a hacerse un hueco en la corte de Carlos III, donde un numeroso grupo de influyentes aragoneses ocupaba puestos clave en la administración, el ejército, el comercio y el pensamiento.