La sala 4º Espacio de la Diputación Provincial de Zaragoza acoge, desde este jueves y hasta el próximo 22 de enero, el trabajo documental del fotoperiodista Jesús Antoñanzas 'El valor del agua', que reúne medio centenar de instantáneas tomadas a lo largo de 25 años y muestra la situación que viven numerosos países debido a la falta de este recurso natural.
La exposición relata, a través de imágenes, la historia de más de diez países, como Ruanda, Ecuador, Mozambique, Guatemala, Honduras, Mauritania, El Salvador, Nicaragua, Panamá o Sudán.
La diputada delegada de Desarrollo y Solidaridad Internacional de la DPZ, Elena García Juango, ha apuntado durante la presentación de la muestra que este conjunto de fotografías reivindican como en algunos países no tienen la posibilidad de abrir el grifo y disfrutar de agua corriente.
García Juango ha destacado la necesidad del agua como «un bien que necesitamos por salud y para la vida» ya que su ausencia provoca deshidratación o distintas enfermedades. Asimismo, ha subrayado la importancia de la cooperación al desarrollo y de que la población se sensibilice acerca de que no todos los países disponen de este recurso.
Recorrido vital y geográfico
El autor de la muestra, el fotógrafo Jesús Antoñanzas, ha agradecido a la institución provincial, a la diputada García Juango y al área Cultura, además de a su familia y amigos por impulsarle para hacer realidad esta muestra.
Esta exposición es un recorrido geográfico y vital, que muestra la visión de diferentes países con distintas situaciones y las fotografías reflejan el cambio climático, la expropiación, el robo de los recursos o las situaciones de vida en condiciones completamente difíciles, ha explicado su autor.
Este trabajo fotográfico, ha indicado Antoñanzas, es resultado del compromiso con todas las personas a las que ha fotografiado durante estos años. «Muchos de ellos me dijeron muéstralo en todos los sitios, que vean cómo vivimos y eso es realmente lo único que me importa», ha asegurado.
«Hay un montón de personas que no le importan a nadie, ni a sus gobiernos, ni a las instituciones internacionales que pasan por encima de ellos, les quitan sus recursos, su forma de vida, y en muchas ocasiones, les cuesta la vida», ha lamentado Antoñanzas, refiriéndose a cada una de las personas que protagonizan estas fotografías.
El fotoperiodista ha confesado que: «Lo más importante es que esas personas luchan cada día, tienen sueños, pelean y yo me siento pequeño delante de esa gente».
Pese a que ninguna foto ha cambiado una realidad, «sí que ha generado conciencia y sensibilidad», ha sostenido, para agregar que, a través de esta recopilación de fotografías, se suma a esos pequeños actos «que cambian la vida de estas personas». «En la exposición no se dice cuál es el valor del agua, eso tiene que decidirlo cada uno viendo las fotos», ha concluido.
Exposición
Las imágenes reflejan cómo es la vida de las personas que no tienen acceso al agua potable y los problemas que sufre la población por esta causa, como deshidratación y enfermedades entre las que se encuentran cólera, disentería o fiebre tifoidea. Al mismo tiempo, las más de 50 fotografías reflejan otras realidades, como la situación de las mujeres en algunos países, la lucha por conseguir el agua, las consecuencias del cambio climático o el fenómeno de la inmigración.
Las instantáneas están acompañadas por textos que invitan a la reflexión, con frases como «La población Saharaui consume una media de 10 litros por persona al día, mientras que en un país como España, se consume alrededor de 200 litros» o «El agua es lo que mueve el mundo, pero en Sudán ahoga la vida». Asimismo, la muestra cuenta también con tres performances en torno a garrafas y botellas de agua, con las que se pretende llamar la atención de los visitantes.
La exposición puede visitarse de martes a sábado, en horario de 11.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas; y los domingos y festivos de 11.00 a 14.00 horas.
Sobre jesús antoñanzas
Jesús Antoñanzas nació el 4 de enero de 1966 en Zaragoza.
Enfocado en los derechos humanos y la justicia social, ha trabajado en numerosos países en conflicto, sumidos en problemas como migraciones, refugiados o pobreza. Es colaborador de los principales medios aragoneses y nacionales, y sus trabajos han sido publicados en las revista 'Interviú' o 'Cambio16'.
Antoñanzas ha recibido numerosos reconocimientos a lo largo de su carrera, como el Premio Nacional de Fotoperiodismo Fujifilm, en 1994, por su trabajo en el conflicto de los Balcanes; una mención de honor del mismo premio, en 1995, por sus imágenes sobre Ruanda; mención de honor del premio Ortega y Gasset del diario 'El País', en 2000, por sus imágenes del conflicto de Kosovo; y el premio fotografía Cooperación y Participación de la Generalitat Valenciana, en 2005, por un reportaje sobre Malawi.
Es autor de los libros y catálogos 'Hijos de la guerra', de 1993, sobre la guerra en los Balcanes; 'Esperanza', de 1994, que recoge la realidad social de Mozambique, tras 30 años de guerra; 'Emergencia Albania', de 1998, sobre el conflicto en Kosovo; 'La mujer de Azuay', de 1999, que narra el efecto de la inmigración en las comunidades indígenas de Ecuador; y, por último, 'Sáhara, El país de arena', en 2003, sobre el pueblo saharaui en su obligado exilio en Argel.