Expertos en Patrimonio Cultural, arquitectura y conservación de monumentos han diagnosticado este miércoles que el tráfico rodado «no es el principal factor» del deterioro de la icónica Puerta de Alcalá, y apuestan por «concienciar» a la población de la necesidad de «cuidarla» y de llevar a cabo una vigilancia continuada más que «acciones puntuales».
Así lo han trasladado en una rueda de prensa celebrada en el Palacio de Cibeles donde han dado a conocer que la restauración de la Puerta de Alcalá durará en torno a los 12 meses con un coste de 2.613.255,79 euros.
La conservadora-restauradora del Instituto del Patrimonio Cultural de España, Ana Laborde, sostiene que limitar el tráfico en este entorno «no va a evitar que se deteriore», y apuesta por «revisar periódicamente la Puerta y concienciar a la sociedad de que la cuide» a través de «acciones de formación y divulgación», ya que «el tráfico es un riesgo más, pero no es el principal riesgo». «Nos preocupan las lesiones estructurales que hay, consecuencia de elementos metálicos oxidados por su exposición a la intemperie», ha abundado.
En la misma línea, la conservadora de Titano Estudio S.L., Elsa Soria, ha puesto el foco en «los aerosoles» que llevan hasta el monumento «muchas semillas y residuos del Retiro», y «no se va a mover la Puerta», por lo que es partidaria de «seguir estudiando la Puerta y no olvidarla», por eso ha puesto el acento en la necesidad de «un planteamiento de monotorización».
Por su parte, la jefa del servicio de Restauración del Ayuntamiento de Madrid, Blanca Mora, ha precisado que «no es lo mismo la conservación de un elemento de vitrina a un elemento que está en la ciudad», el cual «se ve afectado por un montón de aspectos» y «la contaminación es uno». Mora ha hecho hincapié en otros factores, como la palomina «que es muy agresiva» o «las semillas, que hacen crecer elementos vegetales».