La Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) del País Valencià ha organizado una manifestación que ha recorrido este sábado las calles de València para reclamar una ley estatal que garantice el derecho efectivo a una vivienda como «un elemento para vivir dignamente, y no como una amenaza». «La primera ley por la vivienda en democracia queremos que no sea cosmética», han reivindicado.
Desde la plataforma han censurado que las políticas actuales «no miran la vivienda como un derecho, sino como una mercancía» y, por ello, exigido «dar un horizonte de esperanza» a jóvenes, migrantes y personas mayores, y, en este sentido, han defendido que no se desahucie «sin alternativa habitacional», se obligue a fondos buitre, bancos e inmobiliarias a ofrecer alquileres sociales y se controlen los precios del alquiler en las zonas tensionadas, donde el alquiler es «insoportable».
Los manifestantes han partido a las 11.30 horas de la plaza de San Agustín con carteles como 'Especuladores inmobiliarios fuera de mi barrio', 'Ni un desahucio más' o 'Stop desahucios'. Además, han coreado consignas como «Ni gente sin casa, ni casa sin gente» y «Unidos venceremos».
El portavoz de la PAH País Valencià, José Luis González, ha señalado, en declaraciones a los medios de comunicación, que con esta manifestación reclaman que se haga efectivo el derecho a la vivienda porque lo piden desde hace diez años y «se siguen produciendo desahucios continuamente».
En este sentido, ha agregado que en estos meses del año 2022 «han tenido lugar más de 20.000 desahucios en todo el estado español». «Hay gente enfermísima porque es amenazada todos los días con que la van a tirar de sus casas», ha denunciado.
«Ahora que hay una ley en Madrid, la primera ley por la vivienda en democracia, queremos que no sea cosmética y no resuelva los problemas», ha indicado el portavoz, quien ha destacado que reivindican cuatro puntos «fundamentales».
En este sentido, reclaman «no desahuciar a familias sin alternativa habitacional; obligar a los grandes fondos buitre, bancos e inmobiliarias a hacer alquiler social antes de tirar a las familias; controlar los precios de las zonas tensionadas porque los alquileres son insoportables; y que, ya que hemos pagado toda la sociedad la deuda de la Sareb y el rescate a la banca, que sus viviendas pasen a pertenecer al parque público».
"dar un horizonte de esperanza"
Para la PAH el objetivo es «dar un horizonte de esperanza no solo frente a la emergencia, sino a grandes capas de sectores que lo necesitan como la gente joven, los migrantes o la gente mayor». «Que la gente y la vivienda sean un elemento para vivir dignamente, no una amenaza», ha defendido González.
Asimismo, ha exigido que las políticas de vivienda «no estén a favor solo del rescate de la banca y de instituciones que miran la vivienda no como un derecho, sino como una mercancía». El portavoz de PAH ha apuntado que piden al PSOE que «se junte con los partidos que nos apoyan para resolver el problema de la vivienda».
Límite a las hipotecas, una medida "kafkiana"
Preguntado por el acuerdo del Gobierno central con la banca para que se limite la subida de las hipotecas a las familias más vulnerables, González ha resaltado que «toda medida que evite desahucios es importante para la PAH».
No obstante, ha lamentado que para tomar estas medidas el Gobierno «no ha hablado con los movimientos sociales, solo con la banca como ya hizo anteriormente cuando ya se habló de que iban a acabar los desahucios y, al final, han continuado».
«Los políticos no solo tienen que hablar con el capital, está la sociedad y la gente que sufre», ha afirmado. A su juicio, las medidas propuestas «son bastante kafkianas, ya que solo se va a ayudar a aquellas familias que, cobrando menos de 25.400 euros, tengan un endeudamiento de más del 50 por ciento».
En esta línea, González ha lamentado que «llega un momento que parece que para recibir nosotros ayuda la gente tiene que estar por los suelos». «Nos parece fatal, son medidas que favorecen a la banca porque sigue cobrando dinero y creemos que tiene que hacerse una política que mire a la gente y no tanto al capital», ha concluido.