El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha defendido este martes la actuación de la Guardia Civil en Mairena del Aljarafe (Sevilla), donde una familia ha iniciado acciones judiciales a cuenta de la muerte de su hijo en el hospital San Juan de Dios tras ser reducido de manera «brutal» por dos agentes de la Guardia Civil que habían sido reclamados para atender un supuesto caso de violencia doméstica.
El delegado del Gobierno ha sostenido que «lo único que pretendía» la Guardia Civil era «proteger la integridad de los padres», cuya vida, según Fernández, «estaba en riesgo» al portar el hijo «elementos» que podría haber puesto en peligro su propia vida. «El único objetivo era evitar una situación de agresividad máxima», ha remarcado.
En declaraciones a los medios en un acto de la DGT en Sevilla capital, Fernández ha apuntado a la «autopsia preliminar» practicada al cadáver del joven en la que, según ha sostenido, «se descarta» que haya una «relación» entre la actuación de la Guardia Civil y el fallecimiento del hombre, de 37 años de edad.
El padre del fallecido difundió un vídeo en sus redes sociales en el que mostraba cómo su hijo «fue reducido por la Guardia Civil en la puerta» de la vivienda familiar, a la que los agentes habían acudido para actuar frente a un presunto caso de violencia doméstica, según el Instituto Armado.
El abogado de la familia, Luis Romero, ha explicado que el varón falleció el 19 de septiembre en el hospital del Aljarafe, donde estaba «en coma, mantenido con respiración asistida», señalando que las imágenes con las que cuenta la familia sobre su detención reflejan cómo los agentes permanecen «montados» sobre el cuerpo del arrestado cuando ya estaba «aprisionado» y mostraba «dificultades para respirar», pues en los vídeos se le escucha cómo «jadea». Pese a ello, los efectivos aplicaron «toda la fuerza».