El comisario europeo de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit, ha advertido de que los trastornos musculoesqueléticos suponen «una catástrofe personal» para los trabajadores y también «una pérdida ingente» para la economía europea, por lo que siguen siendo «un gran reto». Asimismo, ha apelado a que la seguridad y salud laborales estén «siempre en la agenda» y formar a trabajadores y empresas.
Schmit ha intervenido en la inauguración en Bilbao de la 'Cumbre sobre lugares de trabajo saludables 2022' organizada por la EU-OSHA (Agencia Europea de Seguridad y Salud Laboral), en la que también han tomado parte la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, la vicelehendakari segunda, Idoia Mendia, el director en funciones de la EU-OSHA, William Cockburn, y el presidente de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo, Dragos Pîslaru.
Expertos y responsables de la toma de decisiones se reúnen durante dos jornadas en una conferencia para reflexionar sobre los resultados de la campaña 'Trabajos saludables: relajemos las cargas' del periodo 2020-2022 e intercambiar ideas sobre el futuro de la prevención de los trastornos musculoesqueléticos (TME) de origen laboral, que afectan a casi tres de cada cinco trabajadores de la UE.
En la sesión inaugural, el director en funciones de la EU-OSHA, William Cockburn, ha destacado que se da «un número enorme» de trastornos musculoesqueléticos, dado que, según las estadísticas, «afectan a casi la mitad del contingente laboral de la Unión Europea» y, a pesar de los «esfuerzos» en los últimos años, «parece que los indicadores han cambiado muy poco».
Cockburn ha advertido del «alto coste» que supone «a nivel personal» para los trabajadores, pero «también para los servicios de salud y las economías».
La Agencia Europea de la Seguridad y la Salud en el Trabajo afirma que en estos trastornos influyen factores de riesgo físicos y también psicosociales, y la situación se ha visto agravada por los cambios en el entorno laboral, originados recientemente por la pandemia de covid-19.
De este modo, la reciente encuesta OSH Pulse confirma que el 30% de los trabajadores padece dolor o problemas óseos, articulares o musculares, el 27% sufre estrés, depresión o ansiedad y el 37% padece fatiga general, una tendencia que la Agencia considera «es probable que se mantenga en los lugares de trabajo» tras la pandemia.
En la misma línea, el comisario europeo de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit, ha remarcado que se trata de un tema que afecta a «millones de trabajadores europeos» y que supone «una catástrofe personal» para la calidad de vida de los trabajadores y también «una pérdida ingente» para la economía europea y las finanzas públicas, sobre todo para la Seguridad Social.
Por ello, ha advertido de que abordar los trastornos musculoesqueléticos es «un gran reto» y ha apelado a «poner el foco» pero con un trabajo «constante» y no «aislado en el tiempo», así como a «formar y educar» tanto a empleados como a las empresas e instaurar «una cultura de salud y seguridad en el trabajo».
Schmit ha incidido en los sectores «muy afectados» por este problema, entre los que ha citado la Construcción y la Sanidad y los Cuidados, y ha señalado que es «fundamental» promover técnicas «adecuadas» de manipulación de cargas y encontrar «cauces para aligerar la carga», algo que «es posible con la tecnología» actual.
Por otro lado, el comisario ha valorado que la labor de la EU-OSHA ha contribuido a sensibilizar sobre la prevención, si bien ha precisado que, aunque hay que reconocer «los resultados» obtenidos, «el trabajo ha de continuar» porque «el viaje continúa» y queda «un largo camino por recorrer».
Respecto a los próximos retos en la Seguridad y Salud Laborales, ha reiterado que debe formar siempre «parte de la agenda» y ha señalado la necesidad de «trabajar más» para evaluar los riesgos para los trabajadores y para los ciudadanos y desarrollar metodologías para afrontar posibles crisis sanitarias o pandemias.
Abordar el reto de la conciliación, que la nueva organización del trabajo fruto de las tecnologías no quede «desamparada de los principios fundamentales de Salud y Seguridad», el síndrome del 'quemado' y trabajar en el objetivo «ambicioso de cero accidentes mortales» son otros de los campos que ha citado.
El presidente de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo, Dragos Pîslaru, ha subrayado que la Cámara será «un gran aliado para adoptar leyes que ayuden» en el campo de los trastornos musculoesqueléticos porque es «alarmante» que tres de cada cinco trabajadores de la UE los padezcan.
Asimismo, ha apostado por invertir en «mejores condiciones laborales, en prevención» y, de esta forma, tener «lugares de trabajo más adaptados que permitan contribuir a la productividad y el bienestar de los trabajadores».
Pîslaru ha indicado también que «estos temas están muy relacionados con el Pilar Europeo de Derechos Sociales» y, tras recordar algunas de las iniciativas adoptadas en la Cámara, ha apuntado que se está trabajando en dos resoluciones en relación con el estrés y con la protección social de trabajadores de plataformas, un campo en el que España es «referente».
Entre los retos futuros, ha planteado la necesidad de trabajar en los riesgos psicosociales o el derecho a la desconexión. Asimismo, ha remarcado la necesidad de que las empresas «asuman sus responsabilidades» y garanticen «buenas condiciones» laborales.
Deber ético
De manera previa a la conversación entre los representantes europeos, la vicepresidenta y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha defendido una Europa con trabajo más seguro y saludable y ha lamentado que «a día de hoy todavía es un lugar de sufrimiento para demasiadas personas».
Díaz ha advertido de que no es posible hablar de salud integral en el entorno laboral si no es «desde el trabajo digno, con respeto para los tiempos de las personas y de las familias». En su opinión, el tiempo para los cuidados es «el gran deber ético» de la sociedad actual.
También ha señalado los efectos positivos sobre la salud de medidas como la subida del Salario Mínimo Interprofesional. «La lucha contra la precariedad laboral es salud, por eso la aplicación de políticas antidiscriminatorias coopera en la construcción de ecosistemas laborales seguros y saludables», ha asegurado.
La vicepresidenta ha explicado que actualmente se está trabajando en una nueva Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo, en la que tendrá un papel preponderante la perspectiva de género y se profundizará el concepto de salud tecnológica, la que aborda problemas surgidos con determinadas ocupaciones digitales.
Díaz ha remarcado que la salud mental en el trabajo es «el gran reto del siglo XXI» y ha abogado por «trabajos que se adapten a la persona, y no al revés». Asimismo, ha instado a los agentes sociales a cerrar «cuanto antes» esta nueva Estrategia.
Por su parte, la vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, ha advertido de que los trastornos musculoesqueléticos son «el principal riesgo de salud» relacionado con el trabajo en Europa y ha apuntado que «el diseño del puesto de trabajo y su organización pueden y deben evitar ese riesgo».
Según ha explicado, en Euskadi el pasado año, de los procesos notificados de enfermedad profesional el 72,1% corresponde a trastornos atribuibles a movimientos repetitivos y posturas forzadas, y un 52,5% de las nuevas enfermedades son trastornos oseomusculares, y un 21,8% corresponde a síndrome de compresión de nervios periféricos.
La consejera vasca ha incidido también en que las mujeres sufren más estos trastornos en el sector Servicios, en empresas pequeñas o muy pequeñas.