Ibercaja acaba de finalizar el recorrido de convenciones internas que ha organizado durante el último mes con ocho encuentros en Madrid, Badajoz, Guadalajara, Logroño, Barcelona, Valencia y dos en Zaragoza y que ha reunido a las más de 4.700 personas que integran la plantilla del Banco de las cinco direcciones territoriales, de los servicios centrales, y del Grupo Financiero, a las que ha trasladado la situación financiera de la entidad y los objetivos de la segunda parte del plan estratégico.
El consejero delegado de la entidad, Víctor Iglesias, ha trasladado en estas sesiones la «excelente» situación financiera del Banco que cuenta con un alto nivel de solvencia, con un CET 1 fully loaded en el entorno del 12,5%; un nivel de rentabilidad recurrente del 7,2%, en
la senda del objetivo del 9% para final de 2023; y la aplicación de un dividendo para sus Fundaciones accionistas del 60% del beneficio neto que ya se ha producido en 2021 y 2022. «Hemos reforzado claramente nuestra solvencia, hemos aumentado nuestro tamaño y hemos transformado asimismo nuestro modelo organizativo, tecnológico y comercial», ha
dicho Iglesias.
Así, el consejero delegado ha destacado estos datos frente a los que el Banco presentaba en 2015, año en el que el ratio de capital referido se encontraba en el 9,5% y tenía 5.500 millones de euros de activos improductivos, en contraste con los 1.000 millones de euros actuales.
La capacidad de adaptación y superación a todo lo acontecido en el sector financiero en los últimos años, según Víctor Iglesias, ha sido gracias a «la suma de tres ingredientes básicos: un gobierno corporativo ejemplar, con un Consejo de Administración que nos ha respaldado siempre; una acertada »hoja de ruta« estratégica, mediante la que nos hemos ido adaptando al entorno en cada momento; y una capacidad de ejecución impresionante por parte de todo el equipo en el día a día».
Víctor Iglesias ha estado acompañado en estas sesiones por los miembros del comité de dirección del Banco.
18 meses del plan desafío 2023
El Banco ha superado en junio el ecuador de su hoja de ruta estratégica para los años 2021-2023. Iglesias compartía los hitos alcanzados en estos 18 meses, desde que se inició el Plan Desafío 2023, respecto a los tres grandes programas en los que se despliega el programa: cliente, valor y eficiencia.
Así, del primero de ellos ha resaltado los 900.000 usuarios que tiene la banca móvil frente a los 522.000 de finales de 2020 y la valoración de la app, que es la segunda mejor posicionada del sector según los usuarios de las plataformas de Android y de iOS.
Además, el consejero delegado ha puesto de relieve el impulso que está tomando la banca de empresas, una de las principales apuestas del ciclo estratégico, que ha incrementado su cuota de crédito gracias a una mayor eficiencia que permite a los gestores especialistas poner el foco en la gestión comercial, la personalización de la oferta y la puesta en marcha de una serie de iniciativas, como el Ecosistema Más Empresa o el asesoramiento sobre los fondos europeos Next Generation.
Igualmente, se ha referido a la evolución del modelo de banca personal y privada que «tan exitoso ha sido en el pasado y que contribuirá a que sigamos creciendo en la gestión del ahorro financiero de este perfil de clientes». En particular, en el contexto actual de
volatilidad de los mercados, llamaba la atención sobre las aportaciones netas que han tenido los fondos de inversión en Ibercaja, que han supuesto el 10% del total de las realizadas en el sector en España.
Todos estos avances, según Iglesias, «se validan con los indicadores de satisfacción de nuestros clientes», citando como referencia el informe de calidad de servicio percibida que efectúa la consultora BMKS y que sitúa al Banco en el tercer lugar del ranking nacional de
entidades bancarias y el número de clientes «bien vinculados» que, a junio de 2022, alcanzaba la cifra de 219.000 en comparación con los 204.000 de final de 2020.
Respecto al segundo y tercer programa, el consejero delegado ha resaltado que en Ibercaja siguen trabajando en diferentes modelos y proyectos destinados a apoyar la operatoria de activo, mejorar la eficiencia y eficacia del trabajo comercial, así como las bases de datos de los clientes.
En paralelo, se han logrado avances en el modelo tecnológico, que entre otros han sido la transformación completa de los puestos de trabajo de toda la plantilla, con nuevos equipos informáticos; la implementación de un nuevo modelo de gestión de personas, encaminado
a obtener el máximo partido al talento interno; y una mayor integración de los principios de sostenibilidad en el negocio y del propósito corporativo del Banco en su propuesta de valor.
Proyectos en curso
Iglesias se ha referido a algunos de los proyectos en curso que se implementarán en los próximos meses y que están encaminados principalmente a apoyar la labor comercial de la red de oficinas.
Así, se desplegará un modelo de atención personal no presencial en las oficinas que integrará diferentes herramientas comerciales de asesoramiento y venta; se implantará una nueva inteligencia de negocio que facilitará una mayor productividad comercial y una mejor experiencia de cliente.
También, se simplificará el acceso de los clientes a la banca digital que facilitará el autoservicio y la operatoria en canales digitales; se incorporará la biometría de voz para reducir los riesgos de fraude; se posibilitará la suscripción digital de seguros de
vida y se integrarán los factores ASG en el asesoramiento financiero, adaptados a la «MiFID verde».
Perspectivas de futuro y objetivos
Víctor Iglesias ha puesto de manifiesto la fortaleza del sector financiero en el momento actual, con niveles de solvencia en máximos históricos, con una mayor calidad de riesgo de las carteras crediticias que ha llevado a una tasa de morosidad en torno al 4% desde el 13,6% del 2013, y una liquidez más equilibrada, en el 93%.
Se trata de un sector muy competido en el que «somos pocos operadores, todos solventes y con modelos de negocio sólidos y resilientes», ha dicho.
En este contexto, el consejero delegado ha dado una serie de claves sobre las que pivotará la estrategia de futuro del Banco: el cliente seguirá siendo el foco de todas las actuaciones; se continuará realizando una gestión rigurosa del crédito; se trabajará con el objetivo de rentabilidad; responder en cada momento a la normativa y los requisitos regulatorios y de los supervisores; avanzar en la incorporación de la sostenibilidad en los objetivos de negocio y contribuir a la mejora de la reputación del sector.
Las personas son otra de las claves que para Iglesias «seguirán marcando la diferencia en el desempeño de las entidades bancarias en el futuro. La tecnología es un magnífico acelerador de las ventajas competitivas, pero la confianza entre personas, el conocimiento mutuo, la empatía y la capacidad de asesoramiento seguirán siendo determinantes para acompañar a nuestros clientes en sus decisiones financieras más complejas y relevantes».