El Ayuntamiento de San Sebastián ha colocado este sábado una placa en memoria del dirigente de UCD Juan de Dios Doval Mateos, asesinado por ETA el 31 de octubre de 1980. Con este acto, suman 24 las placas que el Consistorio donostiarra ha colocado en la ciudad, dentro de la iniciativa impulsada desde la pasada legislatura para dar visibilidad en el espacio público a las víctimas del terrorismo y la violencia política.
El acto ha tenido lugar en la confluencia de la calle Juan Olasagasti con la Avenida de Tolosa del barrio donostiarra de Lorea, y ha consistido en un sencillo homenaje de reconocimiento en el que han participado el alcalde, Eneko Goia, representantes de los grupos municipales del Ayuntamiento (PNV, PSE, PP y Elkarrekin Donostia) y familiares de la víctima.
Goia ha señalado que el acto de este sábado supone «un paso más en ese mapa que vamos completando» con estas placas que recuerdan a personas que fueron asesinadas en San Sebastián, «que faltan de entre nosotros de una forma injusta».
Así, ha recordado que Doval era profesor de la Facultad de Derecho de San Sebastián y, según ha dicho, «su pecado parece que fue el pertenecer a una formación política». «Ese fue el motivo al menos que se alegó por parte de ETA a la hora de justificar lo injustificable, que fue su asesinato en este lugar», ha añadido.
Finalmente, el regidor donostiarra ha querido trasladar a la familia de Doval que «la ciudad quiere seguir recordándole y que siga teniendo un hueco entre los donostiarras como lo tuvo cuando estaba aquí».
"nadie merece ser asesinado"
Por su parte, Juan de Dios Doval, hijo del profesor asesinado, ha manifestado sentir «algo de vergüenza» al decir «algo tan obvio» como que «nadie merece ser asesinado». «Muchas veces tengo la tentación de recordar lo buen hombre que era mi padre, pero eso es caer en la trampa de que parece que sea peor que maten a un buen hombre. Mi padre podría haber sido una persona totalmente distinta a cómo era y seguiría sin merecer que le hubieran matado. Ni él, ni nadie», ha expresado.
Por ello, ha lamentado que «es algo que en esta sociedad ha costado décadas entender, que desgraciadamente hay gente a la que le sigue costando entenderlo» y ha incidido en que «matar a alguien no es política, es otra cosa».
«Política es decidir en qué dedicar el dinero, cómo gestionar los recursos públicos. Política no es acercarse a un hombre que va a trabajar y dispararle dos tiros. Eso es otra cosa», ha insistido.
Doval ha considerado que «lo que hay que hacer es que, sobre todo los chavales, que no lo han conocido que lo entiendan, que defiendan lo que quieran. Que consideran que no se ha logrado la independencia y que hay que defenderla, pues que la defiendan pero como la tengan que defender, a tiros no se defiende nada», ha subrayado.
«Estamos aquí hoy como le hubiera gustado a mi padre, unidos y sin odio», ha resaltado, al tiempo que ha asegurado que «si lo que buscaban al matarle, era que se les odiara, por lo menos en esta familia no lo han conseguido» porque, según ha dicho, «hemos seguido viviendo como a él le habría gustado. Intentamos todos los días ser la clase de personas que él habría querido que fuéramos y si en algo puedo contribuir a que la gente entienda que algo tan sencillo como que cada uno defienda la idea que le de la gana pero teniendo en cuenta que nadie merece ser asesinado, algo habremos avanzado».
Juan de Dios Doval Mateos, de 37 años, era profesor de Derecho Procesal en el Campus de la UPV/EHU de San Sebastián, miembro de la Ejecutiva de Unión del Centro Democrático (UCD), y segundo en las listas al Parlamento vasco en Gipuzkoa. Padre de dos hijos, residía en el barrio de Lorea y le sorprendieron en el interior de su vehículo, donde le dispararon con arma de fuego.
Placas de memoria
Con este acto, el Ayuntamiento donostiarra continúa desarrollando la iniciativa para «recuperar la memoria y visibilización en el espacio público de aquellas víctimas del terrorismo y de la violencia de motivación política que perdieron la vida» en la capital guipuzcoana.
Hasta el momento, se han colocado placas en los lugares en los que fueron asesinados Juan María Araluce, José María Elícegui Díez, Antonio Palomo Pérez, Luis Francisco Sánz Flores, Alfredo García González, Gregorio Ordóñez Fenollar, Francisco Martín González, Fernando Múgica Herzog, Rafael Garrido Gil, Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta, Daniel Garrido Velasco, Miguel Paredes y Elena Moreno, Eugenio Olaciregui Borda, Francisco Javier Gómez Elosegi, José Ángel Santos y Josu Leonet - asesinados todos ellos por ETA-.
También en los que fueron asesinados, Enrique Cuesta, Antonio Gómez y Juan Manuel García Cordero -por Comandos Autónomos Anticapitalistas-, Begoña Urroz Ibarrola -por el DRIL-, Mari Jose Bravo del Valle -por el Batallón Vasco Español- y Joseba Baradiaran Urkola -víctima por acción policial-.