La Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza (RSFZ) cumple cien años de actividad y uno de sus primeros actos conmemorativos es la nueva exposición instalada en la Gran Vía, 'Un siglo de fotografía 1922-2022', que recorre su historia a través de los objetivos de 64 fotógrafos miembros de esta asociación.
La vicealcaldesa y consejera municipal de Cultura y Proyección Exterior del Ayuntamiento de Zaragoza, Sara Fernández, y el presidente de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, José Ignacio García, han presentado este viernes la muestra, que permanecerá en la vía pública hasta el próximo 30 de noviembre.
'Un siglo de fotografía 1922-2022' es una muestra comisariada por Julio López Morada que cuenta con la participación de 64 fotógrafos de la RSFZ, quienes relatan una visión de los últimos cien años a través de instantáneas. El Ayuntamiento de Zaragoza y Caja Rural de Aragón han patrocinado esta iniciativa.
Entre los autores figuran Lorenzo Almarza, Aurelio Grasa, Carmelo Tartón o Joaquín Gil Marraco; que comparten espacio expositivo con fotógrafos más contemporáneos, como son Jesús Tejel, José Luis Gota, Rafael Navarro y Pedro Avellaned.
Por su parte, la vicealcaldesa ha agradecido el esfuerzo de los fotógrafos participantes «que se han esforzado durante cien años» y ha señalado que esta muestra reafirma el gusto de la ciudad zaragozana por «sacar el arte a la calle». «La fotografía es una disciplina que aprecian mucho los ciudadanos por las historias que cuenta», ha apostillado Sara Fernández.
El presidente de la RSFZ, Ignacio García, ha resaltado la importancia de esta iniciativa para destacar el trabajo de todos los fotógrafos que han pasado por la entidad.
Cien años
El panel que abre 'Un siglo de fotografía 1922-2022' relata la formación de la RSFZ, que nace en 1922 de la mano de un grupo de entusiastas de esta disciplina para profundizar en el conocimiento y divulgación de la misma.
A lo largo de sus cien años de actividad, casi 5.000 fotógrafos han formado parte de esta entidad, desde aficionados hasta profesionales, e incluso algunos con obras expuestas en museos.
Así, esta muestra refleja el cambio social, pero también de la propio fotografía, gracias a la aparición de nuevos materiales, técnicas y métodos. Los paneles siguen un orden cronológico, tal y como muestra el paso del blanco y negro al color.
En definitiva, los visitantes reconocerán en estas instantáneas vías de la capital aragonesa durante las primeras décadas del siglo XX, como la calle Alfonso, la plaza del Pilar o el paseo de la Independencia desde la plaza de Aragón.
También paisajes y costumbres de otro tiempo en las que el blanco y el negro son los protagonistas, junto a vehículos de la época, animales o niños. Todo ello traza una línea temporal que concluye en creaciones del presente, fruto de la edición digital, y testimonios de sucesos tan recientes como la demolición de las torres de la central térmica de Andorra (Teruel).