El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, presentarán este jueves a las 10 horas en rueda de prensa desde el Palacio de Cibeles el proyecto de los que serán sus últimos presupuestos, en caso de aprobarse, del mandato.
Los de 2023 son unos presupuestos marcados por el calendario electoral y que podrían explicar las reticencias a sacarlas adelante por parte de los grupos de la oposición.
El primer edil ya ha manifestado que estas cuentas públicas reforzarán el gasto social, no aumentarán la deuda y se reducirán impuestos a los madrileños.
Pese a que la voluntad del Gobierno municipal es aprobar estas nuevas cuentas públicas, la amenaza de prórroga presupuestaria sobrevuela el Palacio de Cibeles ante la postura de las dos formaciones que a lo largo de estos tres años de Gobierno de Almeida y Villacís han apoyado las cuentas, Vox y el Grupo Mixto.
Los de Javier Ortega Smith marcan distancias con el regidor, a quien no apoyaron en el presupuesto del ejercicio actual, a cuenta de las restricciones de movilidad para vehículos sin etiqueta que entrarán en vigor desde el 1 de enero, mientras que el Mixto reclama que, antes de sentarse, Almeida debería cumplir todos y cada uno de los 63 acuerdos suscritos el año pasado para apoyar las cuentas, cuando desbancaron a Vox como socio preferente para sacarlas adelante.
Por si la situación estuviera poco encallada, el Grupo Mixto se divide en su estrategia presupuestaria. Su portavoz, José Manuel Calvo, reclama a Almeida para sentarse a negociar que cumpla la totalidad de los 63 acuerdos firmados el año pasado. Pero su compañera de grupo Marta Higueras, que se declara independiente de la estrategia de Recupera Madrid, pone sobre la mesa su propio listado de demandas para poder apoyar el presupuesto, además de advertir a Almeida que esto se traduce en que tendrá que hacer «dos llamadas» al Grupo Mixto, una a ella y otra a sus compañeros Calvo y Luis Cueto.
Martínez-Almeida ha defendido que «primero se aprueban los Presupuestos, se hacen los trámites internos para tener el proyecto de presupuestos y Ordenanzas Fiscales, es decir, el estado de ingresos y gastos que tiene que cuadrar necesariamente, y a partir de ahí, una vez que se tiene, es cuando se invita a todos los grupos municipales a que se sienten y negocien».
En este punto ha indicado que «quien no se quiera sentar, que se lo explique a los madrileños», ya que «son unos presupuestos que son decisivos». «Los madrileños ahí fuera, los que están ahí fuera, los que lo están pasando mal, los que saben la situación que tenemos en estos momentos, nos piden a los políticos no es ya que lleguemos a acuerdos, que también, sino, hombre, que por lo menos nos podamos sentarnos a negociar y nos podamos sentar a hablar», ha finalizado.
Más madrid y psoe
Tampoco parece probable que Almeida y Villacís pongan la vista sobre Más Madrid y PSOE. Rita Maestre, como líder del grupo mayoritario en Cibeles, está convencida de que el alcalde «tratará de sacar los presupuestos con la extrema derecha» de Vox y ha acusado al primer edil de no estar a la altura de la ciudad, de los Pactos de la Villa ni de la oposición.
«Yo directamente propuse los Pactos de la Villa, se los propuse a Almeida en un momento muy complicado y los años han permitido confirmar que Almeida no estuvo a la altura ni de la ciudad ni de esa oposición leal que le propuso unos pactos en el momento más complicado de la historia de Madrid», defiende Maestre.
La portavoz socialista en el Ayuntamiento, Mar Espinar, por su parte, pone encima de la mesa para «empezar a tomarse en serio al Gobierno» que destine «300 millones a ayudar a personas que durante este otoño e invierno no van a poder pagar los alquileres y que deje de vender patrimonio público, que lo transfiera a la EMVS para construir vivienda pública». También modificaciones en la ordenanza de terrazas.
Cibeles ya vivió dos prórrogas
Espinar tiene claro que prorrogar el presupuesto sería un «fracaso de Gobierno» ante la nueva realidad social a la que debe hacer frente el Ayuntamiento. De producirse no sería la primera en Cibeles. Fue en el mandato anterior, con Manuela Carmena como alcaldesa, cuando el presupuesto tuvo que ser prorrogado hasta en dos ocasiones.
La primera fue en 2016 de cara a las cuentas de 2017 hasta conseguir el apoyo de sus socios, los socialistas de Purificación Causapié, dos meses después del calendario habitual, en febrero. Se convertía así en la primera prórroga del Ayuntamiento de Madrid en la historia de la democracia.
Un año después, con el presupuesto de 2018, las cuentas volvieron a prorrogarse ante la falta de acuerdo inicial con el PSOE, con el plan de ajustes del Ministerio de Hacienda como telón de fondo. En este caso el 'sí' de Ahora Madrid y PSOE pasó de producirse en plenas Navidades a las vacaciones de verano: hubo que esperar hasta el 11 de julio para aprobar el presupuesto.