El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha avanzado este lunes que recurrirán ante el Tribunal Constitucional (TC) el impuesto de solidaridad a las grandes fortunas que el Gobierno planea introducir sobre los patrimonios de más de tres millones de euros.
«Ya adelanto que vamos a recurrir», ha dicho en el acto 'Andalucía, un nuevo liderazgo' organizado por La Vanguardia en Barcelona, donde ha reivindicado la política fiscal de la Junta y la bajada de impuestos en la comunidad.
A su juicio, este nuevo gravamen del Gobierno es una «decisión unilateral desproporcionada ante la autonomía de Andalucía», después de la decisión de la Junta de eliminar el impuesto de Patrimonio y el de Sucesiones en la comunidad.
Moreno ha sostenido que el de Patrimonio es un impuesto «ideológico que no existe en ningún país de la Unión Europea», y ha lamentado que planteara intervenir la autonomía fiscal de Andalucía, a su juicio, solo cuando desde la Junta aprobó bajar impuestos.
Con la «revolución fiscal» de la Junta, ha sostenido que han recaudado 1.100 millones más y que han ganado contribuyentes, ya que residentes que antes tributaban en otras comunidades --entre ellas, Madrid-- han vuelto a Andalucía, la tercera con menor presión fiscal de España.
Además, y preguntado por el hecho de que Andalucía baje impuestos pero continúe siendo una comunidad receptora, ha defendido que «nunca en la historia de la autonomía se ha invertido tanto en sanidad o en educación como en los últimos cuatro años», con más de 13.000 millones de euros en sanidad y 8.000 previstos para educación.
Asimismo, ha anunciado que las actuaciones de carácter económico en los Presupuestos andaluces ascenderán a más de 6.000 millones de euros, lo que supone casi un 35% más que en las cuentas de 2022.
Estas partidas se destinarán a potenciar sectores económicos como la agricultura, industria, innovación y el turismo, sin contar las políticas de empleos ni los autónomos, que se enmarcan en el gasto social de los Presupuestos.
Por otro lado, ha convenido en que Andalucía compite con Madrid por las rentas altas, y ha invitado a las comunidades que se quejaron por la decisión de Andalucía de suprimir impuestos a que hagan lo mismo y apuesten por una «fiscalidad más amable».
Moreno Bonilla ha sostenido que, en paralelo al cambio político con la llegada del PP a la Junta, Andalucía está experimentado un cambio de «mentalidad» que desde el Gobierno han promovido con menos impuestos, menos trabas y menos burocracia, ha defendido.
En esta nueva etapa --ha asegurado-- se ha consolidado como la tercera economía en PIB de España, por detrás de Madrid y Catalunya, y como la comunidad autónoma con más autónomos y referente en renovables, mientras alcanza cifras récord en su historia en exportaciones e inversiones.
«Ahora lo que queremos es subirnos pero irnos a la locomotora, donde están los mandos para pilotar el tren. Esta Andalucía quiere ser líder, porque puede ser líder», ha afirmado Moreno, que ha apostado por compartir con Catalunya una visión de España desde el sur.
DELEGACIÓN EN CATALUNYA
El presidente andaluz ha reiterado su voluntad de abrir una delegación de la Junta de Andalucía en Catalunya, ha asegurado que se creará en los próximos meses en Barcelona con el objetivo de facilitar y mejorar las relaciones comerciales entre ambas comunidades, promover la cooperación empresarial y también para tener una relación más fluida con las entidades culturales andaluzas en Catalunya.
Ha apuntado que será una delegación similar a la que tienen en Madrid, y ha asegurado que hace dos años que están trabajando para abrirla y cree que se va tarde porque considera que la Junta de Andalucía debería haber tenido una oficina en Catalunya desde hace tiempo: «No puede ser que Andalucía no esté presente en el corazón de Catalunya».
Cuando anunció la supresión del impuesto de Patrimonio, Moreno apeló a empresarios catalanes a instalarse en Andalucía, y al ser preguntado por si eso fue un error, ha contestado que no se arrepiente pero ha aclarado que no pretendía que hubiera una fuga de empresas hacia su comunidad autónoma, sino que «quería llamar la atención» y que lo consiguió.
Ha argumentado que su objetivo es que las empresas catalanas que quieran expandirse al resto de España lo hagan instalándose en Andalucía y no en otras comunidades autónomas, pero no quiere que Catalunya «pierda potencial, es malo para todos»