El PSPV defiende que la propuesta de reforma fiscal anunciada por el 'president' Ximo Puig va en la línea del Gobierno de España y de los organismos internacionales de hacer una rebaja para las clases más bajas, pero «sin hacer un agujero en la recaudación» que ponga en peligro los servicios sociales y que ahora será concretada en el seno del Consell.
Por su parte, sus socios en el Botànic han recalcado que es solo una propuesta que no está cerrada, sino que debe seguir negociándose en el Consell para «blindar» el Estado del Bienestar. «La reforma fiscal del Botànic no es lo que ha anunciado Puig sino que se tiene que seguir trabajando», han apuntado desde Compromís.
Por contra, desde la oposición PP y Cs han lamentado que se trata de otro 'ximoanuncio, una propuesta fantasma que no han traído a esta Cámara y, además de que no se ha concretado, es insuficiente«. »Se ha perdido una oportunidad", han lamentado.
Así, el portavoz de Economía del PSPV, José Muñoz, ha negado «absolutamente» que esta reforma rompa el discurso impulsado por Pedro Sánchez y suponga una aproximación al PP, sino que ha recalcado que, de hecho, va en línea del Gobierno de España y Europa de «bajar las rentas a las personas que menos tienen, pero sin hacer un agujero a la recaudación para seguir invirtiendo en el Estado de Bienestar», ha recalcado.
Muñoz, que ha explicado que la concreción se debatirá en el seno del Consell, ha apuntado que este debate «complejo» debe plantearse en función de a quién beneficia la reforma, «si como defiende el PP con bajadas indiscriminadas de impuestos que, como en Andalucía solo benefician al 0,2% de la población por supresión del Patrimonio y Sucesiones, o la propuesta de Puig para las rentas inferiores de 60.000 euros, que beneficia al 97,4% de los valencianos», mientras que las rentas superiores «seguirán pagando lo mismo». Además, al ser con retroactividad, «este año se verá ya cómo paga menos».
En esta línea, ha recalcado que ante esta crisis los poderes públicos deben invertir en sus ciudadanos, pero ha advertido de que la propuesta del PP supondría dejar de ingresar 1.500 millones de euros menos para los valencianos, con «una repercusión clarísima en los servicios públicos», mientras que la de Puig al ser «selectiva» supone una disminución de 150 millones, que «será compensada con la recaudación que hemos tenido este año». «Que la gente vea y decida porque el Partido Socialista siempre estará al lado de la mayoría social», ha apostillado.
Sin embargo, la síndica de Compromís, Papi Robles, ha matizado que el anuncio de Puig se corresponde a las actuaciones realizadas hasta ahora, pero ha recalcado: «La reforma fiscal del Botànic no es lo que ha anunciado Puig sino que se tiene que seguir trabajando». En ese sentido, ha insistido en que conocieron el anuncio la noche antes del debate, pero que «no está finalizada, aún no ha visto la luz y cuando la vea, será de la mano de todo el Botànic» y debe estar «más pronto que tarde porque las familias lo necesitan, por ello no pasará de este curso».
En ese sentido, preguntada por las formas del anuncio de Puig, ha recalcado: «Lo que valoramos es el espacio conjunto en el que el Botànic estamos plenamente unidos y esos son los hechos». «Es verdad que Puig tiene la capacidad de anunciar lo que él valora, pero el trabajo conjunto del Botànic es otro en el que estamos muy satisfechos y se debe traducir en un acuerdo del Consell que se verá reflejado en la Ley de Presupuestos o en un decreto».
Así, ha subrayado que «la reforma debe blindar los servicios públicos y en esta línea calcularla» como «establece la propuesta de resolución presentada en el debate de bajar la presión a las rentas más bajas y aportar más las que más tienen».
Del mismo modo, desde Unides Podem, Ferran Martínez ha señalado que conocieron el anuncio antes del debate --sin concretar cuándo-- y ha coincidido en que la reforma no está cerrada y que "debe negociarse dentro del Consell.
Martínez ha explicado que coinciden con la reforma anunciada por Puig porque cumple con la progresividad que ellos defienden, pero advierte de que «supone una pérdida de ingresos fiscales». Por ello, exige «completar» esta propuesta para «compensar la pérdida de ingresos pidiendo un pequeño esfuerzo adicional a las rentas más altas y patrimonios».
Así, ha recalcado que el Botànic ha acometido «dos reformas fiscales que ya han mejorado la recaudación y progresividad y somos la comunidad con un sistema más progresivo». «Ese es legado del Botànic y nuestra hoja de ruta para el futuro y es lo que vamos a plantear a nuestros socios», ha señalado.
"otro ximoanuncio"
Por contra, desde el PP Ruben Ibáñez ha señalado que la reforma de Puig es «invisible» y «falsa»: «Puig ha hecho lo que hace Ximo Puig: marcarse un 'Ximoanuncio' a lo grande sin registrarla para que pueda ser hoy debatida», le ha recriminado.
No obstante, ha destacado que el PP ha logrado «cambiar el dogma mental de la izquierda: ahora bajar impuestos es bueno y no significa bajar servicios». «Son las dos grandes lecciones que la izquierda ha aprendido; a partir de ahí, el cómo no lo sabemos porque no se ha presentado el documento», ha señalado.
En esta línea, le ha afeado «haber perdido una rapidísima oportunidad» porque ha señalado que la reforma solo «tendrá efecto en junio de 2023 cuando las personas hagan el IRPF». «Puig no está para dar soluciones sino para hacer anuncios y esa es la diferencia entre una política fiscal coherente y una política de confeti que practica Puig», ha apostillado.
Del mismo modo, la síndica de Cs, Ruth Merno, ha criticado la «reforma fantasma» de Puig y ha mostrado su incredulidad: «Hasta que no la vea no se me la creo». En cualquier caso, ha señalado que es «insuficiente» porque con la reforma que defiende su partido supondrían un ahorro de 650 euros para las familias frente el ahorro de 100 euros de la de Puig. «Es solo un parche», ha recriminado.