La abogada de la asociación Irídia, Sònia Olivella, que actúa como acusación particular en el caso de un joven que perdió un testículo a causa de un disparo de bala de foam durante la celebración del Consejo de Ministros en Barcelona en 2018, ha explicado que los tres escopeteros que han declarado «no recuerdan quién disparó».
Lo han manifestado este lunes durante su declaración como investigados por un presunto delito de lesiones ante el Juzgado de Instrucción 12, en la que han explicado que «realizaron algún disparo en ese operativo, pero que no recordaban ni cuántos ni concretamente contra quién», según ha explicado Olivella en declaraciones a los medios.
Los agentes, que han respondido a preguntas del juez y de su defensa, «no han podido declarar sobre el hecho concreto porque han dicho que no recordaban el caso y el disparo concreto».
Asimismo, han garantizado que fue un operativo largo, que hubo momentos en que hubo lanzamientos, y Olivella ha asegurado que en las imágenes se ve perfectamente que la víctima no realizó ningún lanzamiento ni ninguna persona de su zona, por lo que «no se daban los requisitos para poder disparar».
Sobre este caso, ya declararon el hombre afectado y uno de los agentes investigados, mientras que este lunes han declarado otros tres escopeteros investigados y el último agente investigado está pendiente de declarar próximamente.
«Este caso es especialmente grave, además de porque se efectúa un disparo sin que se den las circunstancias previstas en el protocolo para que se realice este disparo, se dispara contra un chico que estaba ejerciendo el derecho fundamental de manifestación sin que estuviera llevando a cabo ninguna conducta violenta», ha remarcado.
Proyectiles de foam
Olivella ha explicado que en 2013 el Parlament prohibió las balas de goma «precisamente porque eran altamente lesivas, porque impactaban de forma indiscriminada y no eran precisas».
«Atendiendo y viendo qué efectos pueden tener los proyectiles de foam, es indispensable que en el Parlament se vuelva a discutir y se replantee el uso de estos proyectiles. Son altamente lesivos y, de momento, este caso prueba otra vez que su trazabilidad no está asegurada», ha manifestado la abogada.
Olivella ha añadido que, desde Irídia, han atendido tres casos de pérdidas de ojo por proyectiles de foam, dos casos de traumatismos craneoencefálicos con graves secuelas y este caso de pérdida de testículo.