El cineasta y guionista Christophe Honoré, que presenta su retrato de un adolescente que pierde a su padre, 'Le Lycéen/Winter boy', en el 70 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, ha afirmado que «el cine es una adolescencia con respecto a otras artes, tiene que tener una forma inacabada, por concretarse y no excesivamente solemne», a lo que ha añadido que «la adolescencia es una forma de seguir perseverando en el cine».
Honoré ha presentado su filme en rueda de prensa en el Zinemaldia acompañado de los actores protagonistas de 'Le Lycéen/ Winter boy' Paul Kircher, Juliette Binoche y Vincent Lacoste, y el productor Philippe Martin.
Honoré ha explicado que vio a muchos actores, a unos 300 jóvenes, antes de elegir a Paul Kircher para protagonizar su película. «Sabía que buscaba a un joven de hoy, una personalidad muy fuerte, no solo un actor cuya sensibilidad me gustara», ha señalado. «Esta película era tan contemporánea que tenía que estar relacionada con la personalidad», ha apuntado.
Sobre el hecho de volver a la cabeza de un joven de 17 años, el cineasta y guionista del filme ha confesado que «fue un ejercicio y era un gran reto en la película», tanto «narrativo, porque la película intenta reflejar el retrato de un personaje adolescente, como también formal». «Quería que la forma de la película fuera un poco inmadura, desenfadada, con cierto lirismo, dudas, un poco adolescente, que la película se fuera buscando, que no quedara como consolidada y adulta», ha explicado.
Además, ha reflexionado sobre el hecho de que «la adolescencia es también lo que proyectamos en los otros» y, así, en este filme «se pone en valor por la mirada que otros proyectan sobre ella». «Como cineasta me gusta saber que el cine es una adolescencia con respecto a otras artes, el cine tiene que tener una forma inacabada, por concretarse, no excesivamente solemne», ha opinado, para añadir que, a su juicio, «la adolescencia es una forma de seguir perseverando en el cine».
Preguntado por los periodistas sobre cómo se aborda en la película el tema de las enfermedades mentales, Honoré ha opinado que la pandemia de Covid-19 «ha fragilizado muchísimo a los jóvenes, les ha convertido en personas muy vulnerables» y «la película se hace eco de ello».
Kircher, por su parte, ha relatado que Honoré fue su «compañero principal» en el rodaje, ya que le llevó hacia «ese lugar» en el que tenía que estar «de una manera muy delicada y agradable al mismo tiempo».
Sobre qué fue más complicado para él, si rodar las escenas de sexo o las que muestran emociones y sentimientos, ha señalado que «ambas cosas», ya que «forman parte del mismo conjunto». Sí ha reconocido que entrañó para él una especial dificultad la primera escena en la que su personaje sufre un ataque de nervios tras perder a su padre.
Lacoste se ha referido a la soledad de su personaje que «sin ser lo suficientemente maduro se divide un poco entre hacer su propio duelo y ocuparse de su hermano y su madre», mientras «estaba en una dinámica de vivir solo y construirse su vida en París, por lo que cae más en la soledad».
Por su parte Binoche, preguntada por los periodistas sobre qué supone para ella emocionar al público con sus interpretaciones, ha apuntado que «cada uno se apaña». «Hago lo que puedo en el rodaje, los sentimientos que despierto en el público forma parte de la magia del cine», ha señalado, para explicar, a continuación, que «muchas veces antes de una toma ya estoy en conexión con el público, parece extraño, pero es así para mí».
La actriz ha destacado que en el cine y el teatro «se recibe algo muy íntimo y particular de cada uno, algo que compartimos en una sala y algo a la vez muy especial e individual». «Cuando hay que tocar una emoción muy profunda, algo que casi queremos ocultar tras unas cortinas, el actor quiere despertar algo en el público, conmover, como si fuera una flecha transparente e invisible y luego que cada uno haga lo que puede», ha afirmado, al tiempo que ha apuntado que en ese proceso «el director es como la matrona». «El objetivo final es llegar al público y conmoverlo», ha incidido.
"el dolor se multiplica"
En cuanto a su interpretación del duelo en el filme ha recordado que ya abordó este tema en la película 'Azul', después de lo cual recibió muchos guiones sobre las pérdidas. «Todos vivimos duelos, es fácil proyectarnos en esta separación», pero a ello ha añadido, visiblemente emocionada, que «con la presencia de los niños se multiplica el dolor».
Además, ha apuntado que «lo interesante» en este filme era «que al interpretar tenía que ocultarlo». «Cuando uno contiene la emociones eso produce una sobrefuerza», ha indicado. En todo caso, ha afirmado que «un actor trabaja a partir de su fe» y, a partir de creer en esa situación, luego es su cuerpo «el que decide dar unas cosas u otras».