La hostelería catalana ha cerrado julio y agosto, los meses con la actividad turística más intensa de la temporada de verano, con una media alta de ocupaciones en todas las provincias, aunque los márgenes de beneficios son menores a los que se corresponderían a causa de la inflación.
En declaraciones a Europa Press, profesionales explican que algunos han optado por aumentar los precios de las reservas de última hora, para nivelarse con la subida de los precios de la energía y de otros productos como los de alimentación, pero otros han mantenido sus tarifas a pesar de la inflación; todos ellos tendrán este año menos margen de beneficios para mejorar sus establecimientos.
El presidente de la asociación catalana de cámpings, Miquel Gotanegra, ha celebrado que este verano ha servido para «recuperar la confianza» del cliente europeo y también para fidelizar al nuevo cliente catalán, nacido a raíz de la pandemia de coronavirus, de la que estos establecimientos salieron reforzados.
En este sentido, ha concretado que las ocupaciones han oscilado alrededor del 70% y 75% en julio, y en agosto ya han ascendido hasta el 85% y el 90%, destacando los destinos de costa por encima de los de interior, y ha advertido de que para cubrir las necesidades de esta demanda los empresarios se han encontrado con falta de mano de obra.
Ha explicado que los clientes que habían reservado con anticipación sus vacaciones han mantenido los precios y que los márgenes del sector serán menores, con lo que «se tendrán que hacer menos mejoras de las que se quiere».
Las casas rurales temen el invierno
El presidente de la Confederació Catalana d'Agroturisme i Turisme Rural (Concatur), Ferran Puig, ha sostenido que sus asociados han registrado ocupaciones de entre el 75% y el 85% en julio y del 85% y 95% en agosto, las mismas cifras que en 2019.
Si bien considera que la pandemia ha despertado el interés por las casas rurales, ha advertido de que hay algunos establecimientos que preferirán no abrir en invierno por el incremento de los costes de la energía: "Encender la calefacción para un 50% de ocupación no sale a cuenta.
Por otra parte, el presidente de la Confederació del Turisme Rural i l'Agroturisme de Catalunya, Carles Barcons, ha asegurado que esperaban «que la temporada fuera mejor» y, al igual que sus compañeros, teme que algunos asociados no abran en invierno.
Y la gerente de la Associació de Cases de Turisme Rural de les Comarques Gironines, Tere Vilà, ha indicado que se han registrado ocupaciones del 65% en julio y del 95% en agosto, destacando como deestino la Costa Brava (Girona) y el interior de Girona, a pesar de lo cual los propietarios también se plantean la viabilidad de abrir en invierno.
"normalidad" en las agencias de viaje
El presidente de la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (Acave), Jordi Martí, ha celebrado que el sector ha vuelto «a la normalidad» anterior a la pandemia, acercándose mayoritariamente a los resultados registrados entonces y, en algunos casos, superándolos.
Martí ha dicho que la oferta se ha encarecido y que no ha sido suficiente para dar salida a la demanda de última hora debido a que no todas las rutas aéreas han funcionado con normalidad, en sus palabras.
Este sector también ha sufrido falta de profesionales y ha subido los precios para hacer frente a la inflación por la que, según Martí, las tarifas pueden continuar ascendiendo en otoño, algo que «habrá que ver cómo repercute en las ventas».
Girona encarece sus precios
El presidente de l'Associació d'Hosteleria, Turisme i Restauració de Girona, Josep Carreras, ha destacado las ocupaciones del mes de agosto por encima de las de julio y que las reservas ya han comenzado a bajar en septiembre.
Las tarifas han subido del orden de entre el 10% y el 15%, pero «el incremento de los precios de la energía prácticamente se ha comido el margen de beneficio», ha lamentado, y ha añadido que un 60% de sus asociados no ve clara la viabilidad de su negocio de cara al invierno y se plantea cerrar definitivamente.
Tarragona, marcada por la pérdida del mercado ruso
El portavoz de la Federació d'Empresaris d'Hostaleria i Turisme de la província de Tarragona, Xavier Guardià, también ha celebrado ocupaciones de entre el 70% y el 90% --a espera de datos definitivos--, pero ha destacado la falta del mercado ruso, importante para el territorio, y una reanudación del británico «más lenta» de lo que esperaban.
Lamenta también falta de trabajadores, por lo que opta por potenciar la formación profesional y por «quitar el mito negativo del trabajo de hostelero» y, como sus compañeros, la subida del precio de la energía y los alimentos, que han hecho encarecer la oferta.
Máximos históricos en lleida
Por último, el secretario general de la Federació d'Hostaleria de Lleida, Ramon Solsona, ha celebrado que los establecimientos han registrado ocupaciones máximas de su serie histórica este verano: concretamente, los cámpings han acogido a unas 171.000 personas --su mejor registro-- y los hoteles a 216.000, su segunda mejor cifra, por detrás de la de 2006.
También han aumentado los precios en esta provincia catalana, cuyos establecimientos afrontan el invierno «con máxima incertidumbre», marcada por la inflación, pero con las esperanzas puestas en la temporada de nieve.