El Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Ainia y Productos Lácteos Romar participan en un proyecto de valorización de subproductos agrícolas que persigue obtener ingredientes con propiedades tecnológicas y nutricionales mejoradas, con los que elaborar postres lácteos, gominolas, snacks o toppings.
Los subproductos agrícolas son especialmente interesantes como fuentes alternativas de ingredientes alimentarios, dado el gran volumen que se genera y la gran cantidad de fibra alimentaria que contienen. En el marco del proyecto 'Valuós' se está realizando una valorización integral de los residuos agrícolas a partir de tres grandes grupos de cultivos con un importante volumen de producción en la Comunitat Valenciana: cítricos, sandía y caqui, y sus respectivos subproductos.
Esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Agencia Valenciana de Innovación (AVI), está desarrollado por un consorcio formado por IATA-CSIC, Ainia, Productos Lácteos Romar y la colaboración de Anecoop. En él se investiga la posibilidad de sustituir algunos de los ingredientes estabilizantes/texturizantes habituales en la elaboración de postres lácteos y en gominolas, por extractos ricos en pectina obtenidos a partir de los residuos.
Además, con la fracción rica en fibra que queda en dichos residuos tras la extracción de pectina, se trabaja para obtener productos extruidos como toppings para postres lácteos.
Sustitutivos de otros aditivos
La pectina es un polisacárido complejo con una gran demanda en alimentación por sus propiedades emulsionantes, gelificantes y texturizantes, especialmente para la elaboración de postres, dulces y golosinas. Según explica en un comunicado Amparo López, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), «se trabaja en la caracterización y la implementación de procesos para mejorar la funcionalidad de las pectinas con la finalidad de poder utilizarlas como ingredientes sustitutivos de otros aditivos con propiedades estabilizantes, gelificantes, etcétera, sin que pierdan sus propiedades organolépticas ni físico-químicas».
Las pectinas se ubican en la pared celular de la mayoría de las plantas terrestres, por lo que existe una gran disponibilidad. Sin embargo, a nivel comercial únicamente se obtienen a partir de orujo de la manzana y de la cáscara de cítricos, por lo que resulta interesante investigar fuentes alternativas más sostenibles y a menor coste.
Por su parte, Ainia está evaluando las propiedades tecnológicas de las pectinas procedentes del caqui para la elaboración de gominolas. «Los primeros resultados indican unas buenas propiedades de gelificación, además de dar lugar a un producto que tiene una apariencia más natural y que posibilita utilizar una dosis menor de pectinas para su fabricación que las que existen a nivel comercial», apunta María Teresa Navarro, del departamento de Tecnologías de productos y procesos de Ainia.
Asimismo, la empresa Postres lácteos Romar está trabajando con estas pectinas en nuevas formulaciones de productos como natillas y cremas.