El escritor barcelonés Enrique Vila-Matas acaba de publicar la novela 'Montevideo' (Seix Barral), que ha definido como un «tratado sobre la ambigüedad moderna actual» a través de la visión de un narrador que renuncia a ser un escritor radical.
En rueda de prensa en Barcelona, ha afirmado que la novela va en busca de un «estilo propio» con el sello literario de su obra, en el que ese narrador comienza a observar señales en puertas y en cuartos contiguos, en un viaje circular que comunica París con Cascais, Montevideo, Reikiavik, Sankt Gallen y Bogotá.
Ha explicado que la idea de la novela surgió tras conocer que tanto Julio Cortázar como Adolfo Bioy Casares tenían un cuento que sucedía en el mismo hotel de Montevideo, el cual visitó, se halla en total decadencia y no sabían que a partir de ahora lo usarían para «atraer a turistas japoneses».
Ha afirmado que no pudo entrar en la habitación de Cortázar pero que en la novela sí, en un juego que trata de saber si «verdad y ficción son ficción o casi lo mismo», y ha dicho que en la novela trata que la ambigüedad también se refleje en los personajes, que tienen luces y sombras.
«Desde 'El mal de Montano' he escrito ficción desde un espacio que suelen ocupar los ensayistas, un yo literario visible, el del poeta o el del ensayista», ha remarcado Vila-Matas.
Vila-Matas ha explicado que sigue buscando un estilo, ha señalado que la novela se inicia en París para desmontar su 'París no se acaba nunca', y ha reivindicado que en la literatura no se puede reflejar la realidad, «no es un espejo», porque ha considerado que la literatura desfigura la realidad.
El escritor barcelonés ha remarcado que la novela también es la «búsqueda de una habitación auténtica», y ha recordado que en una charla en México una niña le preguntó 'cómo se puede tener una habitación propia', cosa que le conmovió.
Ha reivindicado como lema que «la ficción expulsa a la autoficción», ya que considera que la autoficción no existe, que es ficción y que solo se usa como una forma para denigrar obras.
Trasplante
El proceso de escritura de la novela ha sido más largo que en anteriores novelas porque tuvo una primera redacción un año, que se detuvo para un trasplante de riñón, y luego la recuperación, y ha admitido que hasta ese momento para él los trasplantes «eran como ciencia ficción».
Ha afirmado que la «experiencia extrema» del trasplante --que le donó su mujer-- le ha proporcionado una profundidad de mirada en el texto, del cual se ha beneficiado la novela tras tener edificada la parte creativa de la misma antes de la intervención.
«Me ha dado una cierta euforia en la vida», ha admitido Vila-Matas, para quien quizás esta novela la haya escrito con toda la intensidad del mundo.
La editora de Seix Barral, Elena Ramírez, ha afirmado que este viaje muestra la «imposibilidad de la escritura para explicar la vida», y ha remarcado que es la novela más trabajada de Vila-Matas escrita en un momento de gracia.