El Gremio de Librerías de Madrid ha denunciado este martes los problemas que acarrea al sector el Plan Accede de la Comunidad, basado en la compra centralizada de libros, y ha reclamado a la Consejería de Educación un cambio de modelo que pasa por el cheque-libro y la vuelta al precio fijo.
En concreto, este plan, que alcanza su cuarto año de vigencia en este curso 2022-2023, regula la compra centralizada de libros de texto por parte de los centros educativos de la Comunidad. Según las librerías de Madrid, «sigue haciendo estragos» entre estos establecimientos, que se enfrentan «a un futuro incierto debido a los problemas derivados del nulo interés en desarrollarlo adecuadamente».
«Las librerías temen que se vuelva a repetir el mismo escenario de incertidumbre de los cursos anteriores, dado que, aparte de otros problemas derivados de la mala gestión de dicho plan, la Consejería de Educación vuelve a agotar los plazos para dotar a los centros de los recursos económicos necesarios para la compra de los libros con las negativas consecuencias que ello trae consigo para todas las partes implicadas», ha señalado en un comunicado.
En esta línea, critican «este escenario de incertidumbre» que afecta tanto a los centros como a los numerosos establecimientos libreros «que deben gran parte de su facturación al suministro de libros de texto», una situación que provocó el cierre de 129 pequeñas librerías en 2020. Según sus datos, las librerías que trabajan en Accede «rara vez llegan al 10% de margen comercial bruto».
En este sentido, a la dirección del Gremio de Librerías de Madrid le consta que, a finales de la semana pasada, a punto de comenzar el nuevo curso escolar, aún había centros pendientes de recibir la dotación correspondiente que les permita iniciar el proceso administrativo para adquirir los libros de texto que necesita el alumnado.
Según indican las propias librerías, en el mejor de los casos, se requiere posteriormente de unas tres semanas de gestión para que cada uno de los alumnos pueda recibir su material curricular en préstamo. Por todo ello, esta entidad teme que la situación genere «demoras innecesarias que afectarán al alumnado, al profesorado y a sus equipos directivos y, por supuesto, a la cadena comercial que lleva los libros a los centros educativos».
Asimismo, desde gran parte del sector librero madrileño teme que, debido a la premura de tiempo, la Consejería de Educación no haga una correcta aplicación de la Ley 7/2017, de 27 de junio, de Gratuidad de los Libros de Texto y el Material Curricular de la Comunidad de Madrid, de acuerdo a la cual se había presupuestado una partida de 50 millones de euros destinados a los centros educativos de la región.
Señalan que el sector "pierde capacidad"
«El Gremio de Librerías de Madrid entiende que, si bien la Consejería de Educación ha aplicado la ley educativa en vigor --la LOMLOE o Ley Celaá--, lo ha hecho intentando minimizar las consecuencias económicas de su aplicación», ha señalado Pablo Bonet, secretario del Gremio. Algo que explicaría la recomendación de no cambiar los libros para este curso, en comunicaciones directas realizadas a los centros escolares el pasado mes de junio por parte del departamento que dirige Enrique Ossorio.
«De este modo, la Consejería consigue ahorrarse una cantidad importante de ese dinero que tenía que gastar, sin tener en cuenta la inversión realizada por el sector editorial para adecuar los materiales curriculares en tiempo y forma ante la entrada en vigor de la LOMLOE», ha explicado Bonet, quien, además, ha manifestado su «temor» y que «otra parte importante del tejido comercial de pequeñas librerías pueda desaparecer si la Consejería no arbitra alguna solución alternativa».
«El sector pierde capacidad y volumen de negocio aceleradamente, puesto que muchas librerías no pueden participar de la venta de libros, porque no han podido entrar en el Acuerdo Marco como empresas licitadoras. Por otro lado, las librerías que trabajan en Accede rara vez llegan al 10% de margen comercial bruto y en algunos casos, se ven obligadas a rechazar ofertas, porque significaría vender a pérdidas, debido a la fijación arbitraria de precios realizada por la Consejería hace cuatro años», ha indicado.
Piden un cambio del modelo y volver al precio fijo
En todas las reuniones mantenidas con la Consejería, tanto las librerías agrupadas en la Asociación de Pequeñas Librerías como en el Gremio, han pedido un cambio de modelo basado en la gratuidad, pero pasando por la implantación del cheque-libro.
Consideran necesario, asimismo, volver al precio fijo. «No tiene sentido el precio libre en los libros de texto, sobre todo cuando la fijación de precios en el Acuerdo Marco de 2018 se hizo sin tener en cuenta los márgenes comerciales establecidos para las librerías», ha zanjado Bonet.
«Pensamos que ambas cosas podrían volver a regular la actividad comercial de nuestros pequeños comercios y a darles la oportunidad de seguir subsistiendo», ha concluido el secretario del Gremio de Librerías de Madrid.