Consumo Responde, servicio gratuito de información y asesoramiento a consumidores y usuarios, impulsado por la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, propone una serie de medidas para disminuir el desperdicio de alimentos y colaborar con el medio ambiente.
En un comunicado, ha recordado que la mayor parte de las enfermedades son provocadas por llevar un ritmo de vida poco saludable, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que la mala alimentación no sólo afecta a la salud de las personas, sino también es nociva para el medio ambiente, lo que supone «un gran impacto social, ambiental y económico».
En muchos casos, las decisiones diarias tienen como consecuencia que se fomenten, por ejemplo: la agricultura y ganadería no sostenibles, el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero, un excesivo consumo de agua, el desperdicio de alimentos o un mal aprovechamiento de los recursos naturales.
Al respecto, el Objetivo número 12 de la lista de Objetivos de Desarrollo Sostenible recoge, precisamente, la pérdida y desperdicio de los alimentos, lo que da muestra de «su importancia», ha destacado la Junta. Dicho propósito, ha continuado, define el compromiso para 2030 de reducir el desperdicio de alimentos por parte de consumidores, así como las pérdidas de productos en las cadenas de producción.
Los hogares son los lugares en los que se lleva a cabo un mayor desperdicio de alimentos y es importante tomar conciencia sobre ello, dadas las consecuencias medioambientales, sociales y económicas a la que pueden conducir sus decisiones, expresan desde Consumo Responde.
Para evitar la pérdida de alimentos en el hogar se pueden adoptar pautas como: planificar el menú semanal, revisar la nevera regularmente, acudir al supermercado con una lista de la compra de los alimentos que realmente se necesitan, hacer pequeñas compras con más frecuencia en lugar de concentrar la adquisición de productos alimentarios en compras masivas, apostar por productos de proximidad y de temporada, leer bien el etiquetado así como su fecha de caducidad o consumo preferente, conservar adecuadamente los alimentos, y racionar y no preparar más comida de la necesaria.
De igual manera, los establecimientos de restauración también poseen una gran responsabilidad en cuanto al desperdicio de alimentos. Para ello, se recomienda racionalizar el consumo desde la compra de los productos hasta el momento de servir a la clientela y establecer medidas para evitar su desperdicio, como ofrecer llevarse la comida sobrante al domicilio, valorar la donación a bancos de alimentos o participando en aplicaciones móviles que ofrecen a la ciudadanía la comida sobrante a precios atractivos.
El cuidado de la higiene
Otro aspecto importante en la alimentación saludable y responsable es la higiene de los productos que se toman. Algunos aspectos para tener en cuenta son: lavar la superficie que entra en contacto con los alimentos, lavar correctamente la materia prima que se utiliza para cocinar y no mezclar alimentos crudos y cocidos al manipularlos para evitar la contaminación cruzada.
Además, remarcan que «las manos y utensilios deben estar limpios». La exigencia de higiene «fundamental tanto en la compra de alimentos como en los establecimientos de restauración». Así, resaltan que concienciar «supone el primer paso para conseguir el aprovechamiento completo y responsable de los alimentos que adquirimos».
Consumo responde
Ante cualquier duda o consulta en materia de consumo, la ciudadanía puede contactar con Consumo Responde, un servicio multicanal al que se puede acceder de forma continuada a través del número de teléfono 900215080, de la página 'www.consumoresponde.es', del correo 'consumoresponde@juntadeandalucia.es', y de los perfiles de Twitter ('@consumoresponde'), Facebook ('www.facebook.com/consumoresponde') e Instagram ('@consumoresponde').
También se puede recibir asesoramiento en los Servicios Provinciales de Consumo de las delegaciones territoriales de Salud y Consumo presentes en todas las capitales de provincia, así como en las Oficinas Municipales de Información al Consumidor (OMIC), y en las organizaciones de personas consumidoras y usuarias.