El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, ha apelado al «realismo» en relación a las ayudas a agricultores y ganaderos afectados por el incendio de Añón de Moncayo, que estarán dirigidas a acciones de reparación de aspectos imprescindibles.
Olona junto a representantes de la Diputación Provincial de Zaragoza, se ha reunido este lunes en el Monasterio de Veruela con los alcaldes de los municipios afectados por el incendio de Añón de Moncayo, que ha quemado 6.000 hectáreas y que se encuentra controlado.
El consejero ha expresado que los distintos alcaldes les han trasladado sus prioridades, expectativas y preferencias, «una información fundamental» para tomar en los próximos días las decisiones más adecuadas para poder afrontar la situación.
Joaquín Olona ha detallado que de las 6.000 hectáreas que ha afectado el fuego, no se han quemado la totalidad de las mismas. Por ello, están tratando de concretar la superficie agrícola calcinada y «el objetivo prioritario», según ha dicho el consejero es conocer los datos reales de cuántos agricultores y ganaderos denominados como profesionales, incluyendo en este grupo a los apicultores, pueden ver afectada la continuidad de sus explotaciones.
Daños sistemas de riego
Olona ha adelantado que el Ejecutivo aragonés también se hará cargo de los daños a las infraestructuras de riego de las comunidades de regantes, las cuales ha considerado como «un servicio público».
Los representantes locales también le han trasladado su preocupación ante «la necesidad de actuar en la restauración forestal», y lo han hecho con «planteamientos muy ambiciosos que son dignos de tener en cuenta pero ante esa ambición he pedido que seamos realistas», ha asegurado Olona agregando que las ayudas se van a centrar en aquellas cuestiones «más inmediatas» y ser un apoyo para que aquellos agricultores y ganaderos «preferentemente profesionales» puedan continuar desarrollando su actividad.
Olona ha esgrimido que «no se debe dar por hecho que se va a extender el Decreto-ley de Ateca que fue una medida absolutamente excepcional», aunque tampoco se descarta si se dan las mismas condiciones de excepcionalidad. «El incendio aún no esta extinguido y queremos tomar las decisiones con absoluta rapidez, pero con prudencia con actuaciones que sean proporcionales y perfectamente justificadas», ha apostillado.
Hipótesis origen eléctrico
El titular autonómico de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente ha manifestado que se baraja como «hipótesis más probable» la del origen eléctrico, es decir, que una chispa eléctrica iniciase el fuego, aunque la investigación continúa abierta.
Por otra parte, Olona ha expresado que los afectados también le han trasladado su «preocupación y angustia» por las dificultades que la actividad agrícola y ganadera afronta a diario con motivo de la propia normativa que regula esta actividad.
En este sentido, el consejero ha dicho lo siguiente: «tenemos que plantearnos muy seriamente sino puede estar ocurriendo que algunas de la condiciones limitantes de la propia ley de montes y de otras normas ambientales estén impidiendo el objetivo que esos mismos reglamentos persiguen».
Ha apostillado que ya se constató en el incendio de Atea, y lo mismo ha ocurrido en este caso, que las parcelas agrícolas abandonadas que desde el Gobierno de Aragón no se da permiso a estos agricultores o ganaderos para que las labren o les limpie la maleza, han actuado como «auténticos focos de propagación que aumentan la virulencia del incendio». Estas normas, ha recalcado Olona, «responden a normativas que trascienden al propio Gobierno de Aragón».