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Hosteleros de Almería esperan "una buena feria" con gran afluencia pese a la reducción del gasto detectada este verano

Archivo - El presidente de Ashal, Pedro Sánchez-Fortún. | Europa Press - EUROPA PRESS - Archivo

| Almería |

La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Almería (Ashal) confía en tener «una buena feria» en la que «la gente responda y disfrute» tras dos años con celebraciones limitadas a causa de la pandemia y en la que el consumo aumente pese a la tendencia detectada este verano en el que, pese a las buenas perspectivas iniciales, la facturación ha caído fundamentalmente debido al incremento de precios y el calor.

«Sabemos que la situación económica no está bien, los precios han subido una barbaridad y los clientes no tienen el mismo dinero disponible para gastar en ocio, pero esperamos que en feria sea algo distinto, que la gente salga, gaste y podamos tener una feria buena», ha explicado a Europa Press el presidente de Ashal, Pedro Sánchez-Fortún.

Ante las fiestas que arrancan este viernes y se prologarán hasta el 27 de agosto, el representante de la patronal hostelera espera que la situación estival revierta y aumente tanto la afluencia como el consumo. «Tenemos la esperanza de que lo no se hayan podido gastar durante el verano, que sea para disfrutar la feria a tope, ese es nuestro pensamiento», ha indicado Sánchez-Fortún, quien ha mostrado sus reservas ante la posibilidad de que la feria de 2022 iguale a la de hace tres años.

No obstante, ha apuntado que, según los datos de los que dispone la asociación, los hoteles del centro de la ciudad cuentan con una ocupación del «cien por cien» para la semana de feria, lo que invita al optimismo. «Lo que hace falta ver es cuál va a ser el gasto por cliente», ha advertido el representante de Ashal, quien ha recordado que el ticket medio ha bajado «en torno a un 20 por ciento» mientras que los costes de producción ha subido «más de un 30 por ciento»; cifras con la que la rentabilidad «es nula».

«Un hotel en concreto, que en julio del año pasado gastó 8.000 euros de electricidad, este año ha gastado 27.000 euros de los que 7.840 son del coste de la excepción ibérica del gas», ha puesto como ejemplo Sánchez-Fortún, quien detallar que un bar de entre 50 y 60 metros cuadrados pagó el año pasado en su recibo de luz unos 1.300 euros frente a los 3.500 euros de este año.

«A partir de septiembre y octubre las perspectivas no son buenas, creo que después del verano va a haber muchos cierres o empresas que se van a plantear si se merece seguir abiertas o no con los costes disparatados que tenemos», ha augurado el presidente de Ashal, quien ha recordado que el aumento del gasto no puede repercutirse completamente en los clientes.

El aumento de la inflación y la consiguiente subida de precios ha hecho también que las visitas se hayan reducido en número de días y que las reservas de última hora en las que confiaba el sector no se hayan producido en la medida esperada para cubrir «la bajada de ocupación».

Del mismo modo, el intenso calor ha hecho huir a los comensales de las terrazas, especialmente al mediodía, lo que ha podido repercutir también en una bajada de la facturación, según interpretan desde Ashal. Las medidas de ahorro energético decretadas por el Gobierno, con el control de la climatización, ha hecho que la opción de consumir en el interior de los locales sea también menos atractiva.

«Ahora al postre o a la copa ya no se quedan», ha dicho Sánchez-Fortún, quien asegura que «la gente se queja porque hace calor cuando se llena el establecimiento», de modo que a pesar de que «se les explica y lo entienden», las estancias son más cortas.

En cualquier caso, desde la asociación confían en que la celebración con plena normalidad de la feria suponga un acicate para el consumidor «después de dos años sin feria» y que sea motivo de «disfrute», por lo que han animado a vivir los festejos «con responsabilidad y sosiego» y «disfrutando a tope con amigos y familiar».

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