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Celma (PP) pide incluir en las ayudas a agricultores y ganaderos afectados por incendios a los de Nonaspe y Mequinenza

Ramón Celma junto al alcalde de Nonaspe, Joaquín Llop, el pasado 17 de junio, en la zona del incendio. | PP ZARAGOZA

| Zaragoza |

El presidente del PP de Zaragoza y diputado portavoz de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente en las Cortes de Aragón, Ramón Celma, ha manifestado su satisfacción por que «por fin» el Gobierno autonómico haya publicado las ayudas para agricultores y ganaderos afectados por el incendio de Ateca del pasado 18 de julio, pero ha mostrado su sorpresa «por que se haya dejado fuera» a los afectados por el incendio de Nonaspe del 16 de junio.

El Gobierno de Aragón «no pueden dejar de lado a los agricultores de Nonaspe y Mequinenza, que vieron cómo el incendio que sufrieron hace ya dos meses, arrasó sus cosechas e infraestructuras agrícolas», ha recalcado el presidente de los 'populares' de Zaragoza en una nota de prensa.

Este miércoles, 17 de agosto, se ha publicado en el Boletín Oficial de Aragón el Decreto-Ley de ayudas para los agricultores y ganaderos que se vieron afectados por el incendio de Ateca y Bubierca, que recoge tres líneas de ayudas, prevé como beneficiarios a los agricultores y ganaderos de los municipios de Alhama de Aragón, Ateca, Bubierca, Castejón de las Armas, Cetina, Contamina, Embid de Ariza, Moros, Terrer, Villalengua y Villarroya de la Sierra, quedando fuera los afectados en el incendio que se produjo un mes antes en Nonaspe.

Ante esta situación, Ramón Celma ha solicitado la inclusión de los agricultores de Nonaspe y Mequinenza en las ayudas por los incendios publicadas por el Gobierno de Aragón. El representante 'popular' ha lamentado que el Ejecutivo aragonés se olvide de la Comarca Bajo Aragón-Caspe y de Mequinenza, donde los daños sufridos por agricultores y ganaderos «fueron cuantiosos y todavía no se han indemnizado».

"Los agricultores de esta zona han perdido por el incendio 2.008
hectáreas, entre ellas, de frutales de nuevo regadío, que suponen unos costes de inversión muy altos; pero no solo esto, en Nonaspe, también se han visto afectados 114 kilómetros de pistas y caminos y diez casas de campo", ha relatado el presidente del PP Zaragoza.

De la misma manera, ha exigido el reconocimiento de ayudas de esta naturaleza para los agricultores y ganaderos afectados por el reciente incendio del Moncayo, una vez que se produzcan las evaluaciones de daños. «Deben de ser indemnizados también cuando se conozcan los daños sufridos en las 6.000 hectáreas afectadas por el incendio, en las que los cultivos principales eran almendros, olivos y viñedos», ha apuntado.

Para Celma, la respuesta ante situaciones de este tipo debe ser inmediata: «Esperar indemnizaciones durante dos meses desde que se produjo el incendio de Nonaspe es grave, pero lo es todavía más comprobar cómo transcurrido este tiempo el Gobierno de Aragón no ha incluido esta zona en el Decreto-Ley de ayudas por incendios para cumplir con su cometido, restituir los daños sufridos».

Agilidad

El representante 'popular' ha incidido en que las ayudas «deben ser ágiles, suficientes y para todos los afectados, y las incluidas en el Decreto-Ley no lo son».

Ha especificado que las ayudas derivadas de la declaración de zona catastrófica --ahora conocida como zona especialmente afectada por una emergencia de protección civil-- se extienden en su concesión durante muchos meses, lo que imposibilita a los afectados por estas situaciones a retomar la actividad que desarrollaban y que se vio interrumpida por los incendios.

«Los agricultores de la zona de Nonaspe afectados por el incendio del pasado 16 de junio deben recibir unas ayudas compensatorias de forma inmediata y estas deben ser compatibles con las que se den desde la Administración General del Estado», ha señalado.

Apoyo al sector primario

Celma ha sostenido que la sequía, la subida de precios de los fertilizantes, el incremento de los costes energéticos y la incertidumbre de los mercados hacen del sector primario «uno de los más precarios desde el punto de vista económico, lo cual se debe de compensar con medidas de apoyo ante situaciones extraordinarias».

A su entender, «son ya suficientemente complicadas las circunstancias en las que deben trabajar agricultores y ganaderos como para que situaciones desafortunadas como incendios o temporales vean peligrar su inversiones, poniendo en riesgo a la vez una parte muy importante de la renta del medio rural, y por tanto su supervivencia».

Por todo esto, ha reclamado al Gobierno de Aragón «celeridad» en la tramitación de todas las ayudas agrícolas por situaciones climatológicas que hagan posible continuar con la actividad de forma inmediata.

«El mundo rural no se entiende sin agricultura, ni ganadería y es precisamente cuando peor lo pasan por la sequía, el granizo o los incendios, cuando las administraciones deben tener en cuenta el papel tan importante que juegan».

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