La familia de María Teresa, la joven que desapareció hace 22 años este jueves, 18 de agosto, en una céntrica calle de Motril, en la costa de Granada, cuando se dirigía a encontrarse con un grupo de amigos, ha pedido que el caso «no caiga en el olvido» tras doce meses sin novedades sustantivas en la investigación.
Así lo ha indicado a Europa Press el padre de la joven, Antonio Fernández, quien ha detallado que, aunque la Policía Nacional ha seguido trabajando en «varias líneas de investigación», ninguna de ellas ha fructificado. Cada año por estas fechas, tanto él como su mujer, Teresa Martín, viven el «mismo infierno», con días que les «caen» encima« en los que »los nervios se apoderan" más de ellos.
En este sentido, ha mostrado el agradecimiento de la familia a los medios, que siguen recordando el caso, y ha explicado que, este jueves por la tarde, en la sede de la UNED en Motril, está prevista la presentación del libro 'Veintidós años de ausencia. María Teresa Fernández. Entre la espera y la esperanza', con la colaboración de la fundación del periodista experto en desapariciones Paco Lobatón.
Es el único acto público programado con motivo de los 22 años desde que desapareciera María Teresa, ha detallado Fernández, después de que, en 2021, aún con medidas restrictivas para frenar la expansión del coronavirus, el Ayuntamiento de Motril inaugurara un monolito con motivo del próximo 9 de marzo, Día de las Personas Desaparecidas sin Causa Aparente, recordando a su hija.
En cualquier caso, un año más, tanto él como su mujer siguen en contacto con amigos y conocidos de María Teresa, que, en estos días, la homenajean en privado revisando fotos y recuerdos familiares.
Cuando se cumplen 22 años de aquella reunión que no se llegó a producir para asistir a la feria, no hay novedades de relevancia en la investigación sobre su paradero desde 2012, si bien el Juzgado de Instrucción 5 de Motril la mantuvo abierta, y se revisan, según le ha comunicado en distintas ocasiones la Policía Nacional, que estuvo en contacto en su momento con Interpol para este caso, distintas líneas que pudieran fructificar con algún dato concreto sobre lo que pudo pasar entonces.
María Teresa Fernández desapareció el 18 de agosto de 2000, cuando tenía 18 años, en la Avenida de Andalucía de Motril, en pleno centro de la ciudad, desde donde iba a encontrarse con unos amigos para posteriormente trasladarse hasta el recinto ferial, ubicado a unos dos kilómetros de allí.
Desde un primer momento, los padres descartaron la posibilidad de que María Teresa se escapara de casa porque no encuentran razones para ello. A parte de pistas que finalmente no llevaron a nada, apenas se sabe que la joven mandó un mensaje corto al móvil de su novio que decía: «puede que tarde pero voy, espérame».
Cuando se cumplieron 15 años de la desaparición, los padres de María Teresa Fernández solicitaron al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Motril los trámites para declararla como fallecida por cuestiones administrativas, al objeto también de «evitar futuros problemas con la herencia» a las otras dos hijas del matrimonio, según informaron en su día.