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Las cuencas aragonesas de la margen izquierda del Ebro están en situación de sequía tras lluvias en mínimos históricos

Archivo - Un embalse de la cuenca del Ebro en Aragón. | Europa Press - EUROPA PRESS. - Archivo

| Zaragoza |

Las cuencas aragonesas de la margen izquierda del Ebro están en situación de sequía después de que las aportaciones acumuladas en los últimos tres meses --mayo, junio y julio-- se encuentren en mínimos históricos desde 1980.

Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) han explicado a Europa Press que en el conjunto de la cuenca la situación este verano de 2022 es de sequía en la margen izquierda y de normalidad en la margen derecha.

Por subcuencas, las que están en un estado de prealerta e incluso alerta o emergencia, según el índice de escasez, son las más orientales de la margen izquierda. En el caso de la comunidad autónoma aragonesa, la del Aragón y Arba, se encuentra en situación de emergencia; la del Gállego y Cinca, en alerta; la de Noguera Ribagorzana, en prealerta; y la del Ésera, en normalidad.

Esto es así porque en esta comunidad autónoma se ha registrado un 15% menos de reservas de agua en los embalses respecto al verano de 2021, frente a un 12 por ciento del conjunto de la cuenca.

En concreto, en el caso de la subcuenca del Aragón y Arba, el volumen embalsado en el pantano de Yesa, a 31 de julio, es de 183 hectómetros cúbicos, solo superior al registrado en la sequía de 2001-2002.

En todas las subcuencas aragonesa, el uso prioritario del agua, es decir, el abastecimiento, está garantizado, si bien las poblaciones que no consumen agua de infraestructuras reguladas --embalses o canales--, sino de acuíferos y pozos pueden tener problemas por la sequía.

Asimismo, la CHE ha señalado que hay restricciones en usos comunes en parques, jardines y piscinas en pequeños núcleos, principalmente de la margen izquierda, algún abastecimiento con cisternas en núcleos de reducidas dimensiones y llamamientos por diversas instituciones al uso eficiente y reducir el riego y uso en piscinas.

Medidas adoptadas en primavera

En el caso del riego, las juntas de explotación --que representan a los regantes y son un órgano colegiado de la CHE-- tras la última reunión ordinaria, esta primavera, y dada la situación que en ese momento había en las reservas de agua y con la previsión de un verano seco, se organizaron y estructuraron para saber cuántas hectáreas y qué cultivos debían regar.

En concreto, se están aplicando prorrateos y restricciones de suministro en los grandes regadíos de la margen izquierda ya que a la falta de aportaciones y reservas se unen las altas temperaturas que aumentan las necesidades hídricas de los cultivos.

Desde dos de las comunidades de regantes más importantes de la margen izquierda en Aragón afectadas por la sequía han explicado a Europa Press las medidas adoptadas.

En el caso de la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón, han indicado que ya en el mes de marzo se establecieron cupos al inicio de la campaña de riego puesto que ya se preveía una situación complicada.

Esto ha supuesto que la comunidad activara la situación de prealerta y después de alerta, mientras que no se descarta la de emergencia, según como evolucione la sequía y lo establecido en el plan de la CHE para esta circunstancia.

Asimismo, se ha restringido la siembra del cereal de verano, principalmente maíz, con entre un 20 y 30 por ciento menos de superficie cultivada, lo que se va a derivar en pérdidas económicas, que se suman a que la recolección del cereal de invierno no ha sido muy buena por tener el grano poco peso por la falta de agua.

Las últimas tormentas han sido insuficientes para mejorar la capacidad de los embalses que les abastecen, los de Mediano, El Grado y La Sotonera.

Canal de aragón y cataluña

Por su parte, el presidente de la Comunidad General de Regantes del Canal de Aragón y Cataluña, José Luis Pérez, ha comentado que las medidas se han aplicado en el mes de junio, para la campaña de riego de verano, en la que los usuarios han seguido la recomendación de reducción de los cultivos entre el 10 y 12 por ciento, principalmente, de maíz.

Esta decisión se ha adoptado teniendo en cuenta los pronósticos realizados por los técnicos de esta Comunidad General, «que se han ido cumplimiento» de manera que la aportación de los ríos que les nutren «está en los términos previstos». Se trata del Ésera y del Noguera Ribagorzana, a través de los embalses de Barasona y San Salvador, que regulan el primero, y los de Escales, Canelles y Santa Ana, el segundo.

Pérez ha recordado que esta Comunidad General reúne un total de 105.000 hectáreas, el 60 por ciento ubicadas en la provincia de Huesca y el 40 por ciento restante en la de Lérida, por lo que sus integrantes son también de dos comunidades autónomas diferentes, como indica su nombre, las de Aragón y Cataluña.

Cultivos

Los tres tipos de cultivos que se producen son el cereal de invierno --trigo y cebada--, que ya se recolectó y que pudo regarse con normalidad, aunque la producción se resintió ligeramente por las altas temperaturas anticipadas que hicieron decaer la calidad y el rendimiento.

El segundo cultivo predominante es el maíz, cuyas cosechas están ahora «en entredicho», ya que son las que han sufrido la reducción voluntaria de siembra y se está pendiente de poder terminar la campaña a mediados de octubre. Pérez ha comentado que si se cumple su predicción, se podrá hacer «de forma ajustada» ya que se realizó «muy a la baja dado que el año tenía mal aspecto».

Ha lamentado esa reducción de entre el 10 y 12 por ciento de la producción de maíz, «en un año donde los precios son positivos» por la escasez del mismo. Por su parte, el tercer cultivo es el frutal, como cultivos como el melocotón, nectarina y paraguayo, cuya producción se ha mermado este año tras las fuertes heladas que hubo en primavera, lo que ha hecho que hayan requerido «un poco menos de riego y eso ha ayudado».

Pérez ha advertido de que se está «en pleno ciclo seco», con los dos años precedentes con una sequía «moderada» y este tercero con una sequía «fuerte». «El peligro está en que este ciclo seco continúe» y el próximo año se inicie con poca agua embalsada, lo que implicará «fuertes limitaciones» y que las restricciones lleguen a todos los usos, que no son solos agrícolas, sino también de la industria, recreativos y el abastecimiento de boca.

Consumo agrícola garantizado

La CHE ha precisado que realiza un seguimiento continuo de las reservas de agua y está en contacto con estos regantes. No obstante, el consumo agrícola, que representa un 80% del total del agua consumida en la cuenca, está garantizado esta campaña de riego --incluso en la cuenca en emergencia, la del Aragón y Arba--, si bien con los ajustes que se vienen realizando desde el inicio de la misma.

Cuando ésta concluya y coincidiendo con el fin del año hidrológico, que finaliza el 30 de septiembre, se espera que los embalses están en su nivel más bajo, si bien desde la Confederación han manifestado que confían en que con las lluvias de otoño e invierno y el nuevo ciclo y año hidrológico, que empieza el 1 de octubre, empiecen a llenarse los pantanos, para cumplir en verano su función de abastecimiento y consumo industrial y agrícola.

Respecto a las predicciones de precipitaciones para los meses de agosto, septiembre y octubre, el Organismo de Cuenca ha detallado que no son claras.

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