El Mercado Municipal de Pacífico, en el distrito de Retiro, se ofrece como refugio climático, con espacios habilitados donde descansar con agua fresca y poder hacer frente al rigor de las altas temperaturas dentro de la apuesta aprobada por el Pleno del Ayuntamiento de la capital, la creación de una red de refugios climáticos, la misma propuesta que, sin embargo, fue tumbada en la Asamblea.
La asociación de comerciantes del Mercado de Pacífico, integrante de la red municipal, ofrece sus instalaciones como refugio frente al calor. «Si trabajas en la calle, si tienes que transitar o si en tu domicilio estás pasando mucho calor puedes venir al mercado a refrescarte y descansar», informan desde sus redes sociales pocos días después de haberse registrado la muerte de dos trabajadores por golpes de calor, más un tercero muy grave.
Sí que apuestan por esta red en municipios madrileños como San Fernando de Henares, que ya en junio puso en marcha una campaña para dar a conocer entre la ciudadanía los refugios climáticos de la ciudad, esto es, edificios públicos que disponen de equipos de aire acondicionado para que los ciudadanos que así lo precisen puedan descansar y recuperar la temperatura corporal.
Estas instalaciones públicas disponen de sistemas de refrigeración y aquellos que salgan a la calle para realizar la compra o cualquier otro tipo de gestión y que se sientan cansados o agobiados pueden hacer uso de las mismas.
El Ayuntamiento de Ciempozuelos también ha habilitado el Consistorio, la biblioteca Almudena Grandes y el parque Juan de Dios como refugios climáticos para combatir las altas temperaturas. Tanto el Ayuntamiento como la biblioteca cuentan con áreas de descanso y climatización.
La existencia de refugios climáticos supone «dotar a la población más vulnerable de zonas en las que resguardarse de las altas temperaturas y evitar las consecuencias de posibles golpes de calor, que pueden ser letales en grupos poblacionales especialmente sensibles, como menores y ancianos».
Barcelona, pionera
El Ayuntamiento de Barcelona puso en funcionamiento ya en 2019 su red de espacios de refugio climático, donde la ciudadanía se puede proteger del calor.
Son espacios acondicionados a 26 grados, más de un centenar, con buena accesibilidad, zonas de descanso y agua para aligerar la sensación térmica elevada derivada de las altas temperaturas y la humedad.