Las inundaciones, los embates de mar y los fuertes vientos, como impactos del cambio climático, han provocado en Gipuzkoa costes económicos que ascienden a 270 millones de euros en el periodo 1994-2020. El principal riesgo natural del territorio son las inundaciones, que provocan el 80% del gasto total.
El diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, y el director de Naturklima, David Zabala, han presentado el tercer informe elaborado por la fundación Naturklima 'Informe de Impacto y Vulnerabilidad al Cambio Climático en Gipuzkoa-Infraestructuras Críticas'.
En el documento se analizan, por un lado, los indicadores climáticos y las consecuencias que el cambio climático está teniendo en Gipuzkoa y, por otro, la incidencia que puede tener a lo largo del presente siglo sobre las infraestructuras críticas del territorio.
Asensio ha destacado el valor de analizar la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas porque "son las que garantizan el funcionamiento de las funciones vitales para la sociedad como la salud, la seguridad, la economía o la educación y debemos conocer el impacto potencial del cambio climático sobre las mismas para adaptarnos, maximizar la resiliencia de nuestro territorio y garantizar el bienestar de nuestra sociedad".
Aumento de la temperatura
Según los resultados del Informe en relación a los indicadores climáticos en Gipuzkoa, la temperatura media anual no ha cesado de subir en los últimos 50 años, con una última década que ha resultado medio grado centígrado más cálida que el periodo de referencia comprendido entre 1981 y 2010. Además, siete de los diez años más cálidos de lo que llevamos de siglo se han registrado en la última década.
Además de cálida, la última década ha sido especialmente húmeda. Según indican los datos, las precipitaciones acumuladas han aumentado un 2,3% con respecto al periodo de referencia que comprendido entre 1981 y 2010. El informe confirma también una aceleración en la subida del nivel del mar en las tres últimas décadas en comparación con los datos obtenidos en el siglo pasado. En concreto, desde los años 90, el nivel del mar en el litoral del Golfo de Bizkaia está experimentando un incremento de 2,5 centímetro por década.
En cuanto a las proyecciones para lo que resta de siglo, en el escenario más pesimista se proyecta un incremento progresivo de la temperatura media anual, que puede variar entre los 2,8 y los 3,8 grados centígrados hasta el año 2100, descendiendo al mismo tiempo el número de días de heladas. Las proyecciones en cuanto al aumento del nivel del mar en las costas guipuzcoabas siguen indicando que podría aumentar entre los 50 y 70 centímetris para ese mismo periodo.
Eventos climatológicos
El Informe de Naturklima ha analizado los principales eventos climatológicos que han causado impactos en las infraestructuras críticas desde el año 1994. El informe arroja que los principales eventos han sido las inundaciones, los embates de mar y las tempestades ciclónicas o fuertes vientos.
Por ejemplo, el coste total de indemnizaciones ante inundaciones, embates de mar y tempestades ciclónicas atípicas, basados en los datos del Consorcio de Compensación de Seguros, ascienden desde 1994 a 270 millones de euros.
Las inundaciones han sido históricamente el principal riesgo natural de Gipuzkoa con un 78% del coste total. Sin embargo, en los últimos años se ha registrado una disminución de los daños generados por inundaciones, probablemente debido a las distintas obras llevadas a cabo para disminuir el riesgo de inundación. Los embates de mar son los que más daños causan por evento en el territorio, casi 22.000 euros por evento.
Las tempestades ciclónicas atípicas son los eventos extraordinarios que mayor número de expedientes ha generado (57,6%). Sin embargo, en cuanto a los costes asociados, solo representan el 10,2% de las indemnizaciones desde 1994.
El informe destaca que el transporte por carretera se ha llevado la peor parte durante los últimos diez años, debido a los cortes en la circulación por efecto de heladas, nevadas, inundaciones, lluvias intensas o deslizamientos. Las previsiones indican que estos eventos extremos irán aumentando en frecuencia e intensidad como consecuencia del cambio climático, afectando además de a la red viaria, al resto de infraestructuras críticas.
Otro sector que ha presentado una alta frecuencia de impactos es la electricidad, asociado a eventos de fuerte tormenta de viento, que provocan cortes dejando sin luz a determinadas poblaciones, o a inundaciones que anegan transformadores eléctricos que ocasionan incidencias en el suministro eléctrico.
Los centros escolares y sanitarios han mostrado una afección moderada al impacto del cambio climático. Por otra parte, destacar también que cuando se producen situaciones de extrema climatología de estas características, los servicios de emergencia actúan y se multiplican para dar asistencia a la ciudadanía, por lo que el subsector "Seguridad Ciudadana" es el que muestra un nivel de impacto más elevado durante los últimos diez años.
Proyección de futuro
Como principales conclusiones, el informe señala que el riesgo de inundaciones por efecto de la lluvia en la red viaria y de alteraciones eléctricas importantes como consecuencia del aumento de las temperaturas máximas destacan como los principales impactos que el cambio climático puede provocar en las infraestructuras guipuzcoanas y que pueden producir daños directos e indirectos en la seguridad y bienestar social y económico de la ciudadanía.
En lo relativo a las inundaciones pluviales sobre la red viaria, el riesgo se centra en las vías principales del territorio, y en cuanto al riesgo de las temperaturas máximas sobre la capacidad de transporte de las líneas eléctricas, y teniendo en cuenta que la previsión es de progresivo ascenso de las temperaturas a medida que avance el siglo, la situación en los últimos 30 años del mismo podría agravarse, principalmente en las líneas de mayor tensión (Debagoiena y Donostialdea).
Por otra parte, el riesgo de inundaciones fluviales en subestaciones eléctricas es, como norma general, bajo en Gipuzkoa, pero existen dos de ellas que presentan un nivel de riesgo muy alto, como son las situadas en las cuencas del Urola y del Oria, mientras que la ubicada en la cuenca del Deba presenta un riesgo alto. Además, se prevé que el nivel de riesgo se incremente en el escenario de cambio climático.