«Hace unos años empecé a leer sobre las Personas Altamente Sensibles (PAS) y me sentí muy identificada. En ese momento estudiaba Psicología». Lorena Arona ahora ya tiene su grado y es una de las pocas especialistas en la Isla que ha estudiado esta definición que pasa desapercibida a ojos de la sociedad.
Se estima que un 20 % de la población mundial tiene este rasgo de la personalidad. Define a aquellas personas que tienen más desarrollado el sistema nervioso y que, por ello, pueden percibir cosas del entorno que otros no podrían. Lorena puso en marcha en Palma un grupo donde intenta ayudar –y se autoayuda– a otras personas que tengan esta sensibilidad extrema. «Tenemos una forma de percibir el entorno mucho más profunda y con más intensidad temas como las luces, los roces o las relaciones interpersonales y destacamos por la empatía».
Xisca Cabot, María José Lorite y Susana Fernández se reúnen con Lorena en un bar para esta entrevista. Su condición las ha unido tras muchos años de incertidumbre por no saber qué les pasaba. Hablan entre ellas de sus sensaciones, dolores y emociones. Porque altibajos los tenemos todos, pero estas personas, en especial, todavía más, y lo primero que destacan es lo incomprendidas que se han sentido en muchos aspectos. Un día en el trabajo, a Xisca le ofrecieron galletas. Ella cogió una y enseguida se percató, por el olor, que estaba pasada. Sus compañeros no daban crédito, se reían, hasta que vieron algunas en la bolsa con moho. Es una anécdota que cuenta para explicar qué es una persona sensitiva, que percibe cosas que otros no pueden. Qué es una persona PAS. «He sentido mucha incomprensión. Muchas veces me cargo de intensidad mucho más que otras personas distintas a mí. Durante mi vida, construí un muro a mi alrededor por pura superviviencia».
Herencia
La psicóloga Lorena Arona destaca ciertos tipos de percepciones que se repiten en Personas Altamente Sensibles y que pueden ayudar a mucha gente. Son la empatía, la tendencia a la sobrestimulación o sobresaturación y tener un procesamiento más profundo de los temas.
Hay estudios que demuestran que sí existen indicios hereditarios entre las personas PAS. Todas las entrevistadas tienen algún familiar con este rasgo. Por ejemplo, el padre, madre y abuelo de Lorena lo son. Familiares de Xisca también compartían ciertas percepciones, como su abuelo, músico, o su madre pintora.
Susana Fernández, por ejemplo, defiende que su hijo es una Persona Altamente Sensible. «Yo descubrí que era PAS gracias a mi hijo (ocho años). Fue un profesor de su escoleta quien me comentó que podría ser así cuando tan solo tenía un año de vida». Con los años, empezó a investigar cada vez más este rasgo. En su caso, es una persona extrovertida, como su hijo, «y por ello no somos tan conscientes, como una introvertida, para identificarnos. Yo percibo mucho las energías, sé ver cuándo estás triste o feliz, si te has hecho algún cambio. Es como un sexto sentido. Pero lo pasamos mal cuando una persona viene con un problema porque no sabes cómo le puedes ayudar más».
María José Lorite no tuvo el apoyo familiar que requería. «De pequeña, era una persona muy sensible, no he sido entendida y he sido muy conscientes de las cosas. Me aferré a los estudios». Como MaríaJosé, todas ellas se definen como «mediadoras» porque «nos afecta mucho el conflicto y somos más susceptibles a sentirnos heridas». Una de las cosas que no puede soportar, como el resto de chicas, son los fuegos artificiales.
La psicóloga estadounidense Elaine Aron es una de las pocas investigadoras que mejor ha estudiado la sensibilidad en el procesamiento sensorial. Es la autora del libro El don de la sensibilidad, una obra leída por las PAS y que ha ayudado a muchas personas a entenderse. Las entrevistadas defienden que de cada vez hay más artículos, redes y comunidades que apoyan a las PAS, pero «no vemos que esté todavía naturalizado y normalizado en la sociedad. La sensibilidad es necesaria. Un punto de vista más humano haría que las cosas fueran distintas para todos».