Entre las premisas que se marcaron como prioritarias en el diseño del desdoblamiento de la antigua C-715, actual Ma-15, se incluyó el cuidado de las vías de servicio como factor de importancia para la actividad cotidiana alrededor de la nueva vía. La vida alrededor de la infraestructura no podía parar ni tener en ella un obstáculo insalvable. Es por ello que se tuvo clara la gran importancia de unas vías de servicio útiles, cómodas y seguras.
Su concepción como paralelas y muy próximas al tronco principal de la carretera hizo que pronto supusieran una alternativa continua a los carriles para el tránsito de vehículos. Su importancia se fundaba en su condición de acceso al entorno rural, además de una clara intención de que ya desde el inicio constituyeran un itinerario orientado como ciclorruta para el importante sector de este deporte, tanto por el potencial turístico como por la consolidada afición local.
El trazado de la Ma-15 discurre de este a oeste de la Isla, atravesando y dando acceso a importantes núcleos de población. Hoy por hoy, esta concepción e importancia de las vías de servicio esta presente en todas y cada una de las labores de conservación y mantenimiento que realiza a diario la empresa concesionaria. Los criterios en cuanto a dedicación, exigencia e inversión que se aplican en el mantenimiento de las vías de servicio están casi a la par que las realizadas en el propio tronco principal de la carretera. Tanto es así que anualmente se realizan campañas de reasfaltado y repintados de marca vial en sus tramos.
También cabe destacar que desde hace ya años se ha estado reforzado la señalización vertical mediante placas indicativas. Estas tienen como función avisar a los usuarios de la presencia de obstáculos o desniveles y así poder garantizar la seguridad, sobre todo en las horas de menor visibilidad. El control exhaustivo de vegetación que crece en los márgenes y que puede suponer un peligro en algunos casos, se realiza de manera totalmente sostenible, solo mediante siega y sin emplear ningún tipo de herbicidas.
Recientemente se han acondicionado varios tramos de cunetas en estas vías auxiliares favoreciendo la evacuación de aguas en episodios de lluvias, para garantizar un uso cómodo y seguro de estas vías auxiliares, de las que cada vez más ciclistas tanto locales como visitantes, están disfrutando más. El paisaje de las zonas del interior de Mallorca por las que transcurre la carretera entre Palma y Manacor es una gran atracción para estos deportistas, pero el que puedan disfrutar de esas estampas de la forma más segura y cómoda, es uno de los grandes cometidos de las personas que cuidan de la conservación de las vías de servicio.
El clima particularmente suave en los meses de otoño, invierno y primavera, el gran número de días de sol por año, la belleza del entorno y la completa red de servicios específicos (como una oferta hotelera de calidad orientada al ciclismo), atraen cada año a miles de visitantes a Mallorca deseosos de pedalear por sus caminos y carreteras. Cada vez más touroperadores especializados programan vuelos entre distintos lugares de Europa y Mallorca con el fin de ofrecer las excelencias de una isla que no hace más que crecer en ese campo. Se estima que cada año llegan alrededor de 300.000 personas para enfundarse las mallas y recorrer nuestras carreteras. Es una modalidad de turismo en alza, que beneficia a la industria y que contribuye a la desestacionalización.
La empresa responsable de la gestión y explotación de la Ma-15, contribuye con su actividad a la expansión de este tipo de turismo deportivo, que se define por los mismos rasgos, sostenibilidad y respeto tanto por el medio ambiente como por la fisonomía del paisaje mallorquín. Como uno de los grandes ejes económicos de Mallorca, en su condición de ruta que une las dos localidades más grandes, Palma y Manacor, la carretera muestra también su potencial para la sociedad, lejos de la velocidad de la vía principal.