Necesitamos consuelo. Y calma. Necesitamos cuerpos enormes rodeados de estrellas. Necesitamos amantes sin vergüenza. Y sátiros que beban vino. Y palabras hechas con salpicaduras que den un poco de sentido a todo. Nos son necesarias figuras que nos quiten angustia con su serenidad. Mujeres que miren al horizonte. Necesitamos todo esto y mi cabeza viaja hacia un estudio rodeado de encinas donde estoy segura que Joan Bennàssar sigue trabajando. Porque el mundo puede caer, pero estoy segura que él no ha dejado de trabajar ni un solo día.
Tendré paciencia, estoy segura que seré recompensada. Esperaré un poco más porqué no puedo imaginarme este escenario sin la risa, casi de sátiro, de Joan, ni el abrazo siempre cariñoso de Cristina. Esperaré a que pase el tiempo para confirmar lo que ya sabemos, que a pesar de todo, del miedo, de la enfermedad, de la muerte, la belleza consuela y da respuesta. Esperaré.