La verdad es también esencial en el artista. El artista pretende ensanchar el horizonte de esta eternidad a través de su creación. La verdad, la adecuación o concordancia entre el pensamiento y la realidad de alguna cosa, pero vista desde el ángulo personal y único; si no fuera así, no habría expresiones como: «Una verdad como el puño», o «como un templo»; ni tampoco podríamos expresar una verdad absoluta, precisamente porque la verdad nunca es única, ni necesariamente excluyente.
Y la verdad del artista es la visión profunda, reflexionada, única, que ha captado de la realidad. Joan Bennàssar nos abre «La torre del jardín de las Musas» a partir del amor que siente o percibe y también a partir de todo el mundo que es capaz de soñar. El maestro Joan Mascaró lo expresa de esa manera: «Ten amor y todos los problemas de la vida están resueltos. Tus enemigos ya no son enemigos, tus aversiones ya no son aversiones. Naturalmente ves el mal, pero lo ves con un trasfondo de amor, un amor que es el trasfondo del Universo».