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Iago Negueruela: «Es una ley que busca una senda de transformación para nuestro archipiélago utilizando la circularidad como vector»

Iago Negueruela i Vázquez, conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, habla sobre los rasgos positivos que aportará la nueva ley turística a nuestra Comunidad

Iago Negueruela sostiene que Baleares es la Comunidad Autónoma de España que más ayudas directas da al sector. | M. À. Cañellas

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El turismo es la principal fuente de riqueza y de creación de empleo en Baleares. Las actividades vinculadas a este sector aportan el 34,8% al Producto Interior Bruto de la región, que además ejerce de tractor para el resto de actividades económicas. Esto ha permitido que las Islas hayan sido siempre un referente en materia turística y así seguirá siendo en el futuro gracias a una nueva estrategia turística que «permitirá colocarnos una vez más a la vanguardia del turismo, con una normativa turística que permitirá al Archipiélago liderar la transformación y la modernización del sector turístico, adaptando nuestros estándares de calidad y servicio a los retos y exigencias del siglo XXI». Así de contundente se muestra Iago Negueruela, conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, que hoy ocupa estas líneas para explicar los detalles de la nueva Ley para la Circularidad y la Sostenibilidad en el Turismo.

— Circularidad, calidad y sostenibilidad son palabras clave del futuro del turismo en Baleares. A rasgos generales, ¿qué mejorará la nueva Ley en cada una de estas áreas respecto a la actualidad?
— Baleares está trabajando desde hace tiempo para incorporar mecanismos de sostenibilidad y circularidad. Lo que incorpora la ley es una homogeneización de lo que buscamos como destino, es decir, lo que queremos es que nuestras empresas, administraciones y nuestro sector sean capaces de caminar en la misma dirección. De ahí, la obligatoriedad de hacer planes de circularidad y de preparar un plan en cada una de nuestras islas de cómo tenemos que hacer esa transición e incorporarla a la hora de tomar las decisiones. En este sentido, nuestras empresas tendrán que desarrollar instrumentos para hacerlo, a través de esos planes de circularidad de los que ya estamos formando al sector. Asimismo, la Administración también tendrá que ir en esa dirección. Por otro lado, hay que destacar los estándares de calidad que se buscan con la nueva ley; nuestras empresas ya venían apostando en los últimos años por la calidad frente a la cantidad. La nueva norma también permite seguir modernizando nuestra planta hotelera, es decir, incorpora instrumentos ya permanentes para poder trabajar en una reforma que apuesta claramente por la calidad: una reforma de las categorías de los hoteles y de la clasificación hotelera que también va a más calidad, donde ésta y la sostenibilidad sean los ejes vertebradores de la acción de cualquier establecimiento.

«La ley incorpora una homogeneización de lo que buscamos como destino para caminar en una misma dirección»

— ¿Cree que la nueva Ley para la Circularidad y la Sostenibilidad en el Turismo llega en un buen momento tras una pandemia que aún coletea con los últimos acontecimientos dados en China, una fuerte crisis económica, la guerra ruso-ucraniana...?
— Considero que las medidas que se deben tomar para evitar o luchar contra el cambio climático son independientes al momento en el que nos encontremos. Es decir, creo que todos estamos viviendo una realidad. Lo hemos visto este verano. Hemos tenido uno de los años más calurosos de nuestra historia por no decir el que más. Y nuestras empresas ven que además, es uno de los aspectos que se van a medir. En breve, probablemente, la Unión Europea, normativice esa dirección. Al final, ser los primeros en haber hecho esos pasos nos permitirá posicionarnos mejor en algo que se va a tener que hacer. Y en segundo lugar, es cierto que hemos tenido la pandemia, es cierto que estamos con un conflicto en desatado por Rusia contra Ucrania, pero los estándares económicos son positivos. Lo que tenemos es una inflación que hay que hacer frente precisamente por culpa de la guerra. España es el país de la zona euro que mejor ha resuelto la inflación, pero que no ha afectado de ninguna de las maneras ni a nuestro PIB, ni a nuestro crecimiento de empleo. De ahí que, hablar de una crisis económica cuando no afecta ni al crecimiento del PIB, ni al empleo, creo que lo que está afectando y, que esas son las medidas que hay que tomar, es en relación con la inflación y que no tienen nada que ver con la ley turística y, por tanto, no generamos un problema a nuestras empresas en ese sentido. Hemos tenido uno de los principales años de nuestra historia a nivel de rentabilidad, tendremos uno de los mejores años en el 2023 y lo que hay que hacer es precisamente adaptarse a los cambios que vienen y situarnos en un entorno que en este año nos ha permitido estar en pleno empleo.

— La Ley abarca tres pilares fundamentales: mejorar la experiencia del turista, la calidad de vida de los residentes y las condiciones laborales de los trabajadores. ¿Cómo se afrontan estos ejes de forma positiva para que no colisionen entre sí?
— No tienen que colisionar. Son ejes que se complementan, no podemos tener una mejora de nuestro sector turístico si no lleva a una mejora de las condiciones laborales de los trabajadores. Hablamos de que la sostenibilidad engloba tres pilares: sostenibilidad económica, sostenibilidad social y sostenibilidad medioambiental, que son ejes claros de la ley. Por eso, obligamos a las empresas a que su transformación afecte también a la mejora de nuestros trabajadores. Cuando decimos que no podemos seguir creciendo en plazas turísticas, se hace también con la idea de que la vida de las personas residentes aquí se compatibilice mejor con el turismo. Cuando hablamos de mejorar la experiencia turística, se trata de una apuesta por la calidad en favor del turista y, por tanto, incluso el hecho de controlar mejor los flujos mejora la calidad del propio turista. Yo creo que todos son pilares que van en la misma dirección, que apuestan por el hecho de que la circularidad sea un motor de transformación, pero también un propulsor de competitividad que ayude a mejorar la productividad empresarial, cambiando el eje clásico que lo situaba en mayor cantidad para intentar mejorar unos estándares que deben enfocarse hacia la calidad. Nosotros ya nos hemos dado cuenta hace tiempo, por eso cambiamos los ejes hacia un sistema que sea más sostenible desde todos los puntos de vista.

«La nueva norma también permite seguir modernizando nuestra planta hotelera, apostando por la calidad»

— ¿Favorecerá al desestacionalismo turístico en el que están inmersas las Islas desde siempre?
— Para ser sostenibles socialmente en un modelo como el nuestro, necesitamos temporadas de más meses y un mejor reparto de los flujos a lo largo del año. Yo creo que la ley, al apostar firmemente por la calidad, permite tener otro tipo de ofertas, ya no estamos hablando únicamente de un mismo tipo de producto. Con ella buscamos una mejora en todo nuestro sector en el que, con esa apuesta por la calidad, también se busque nuevos productos y que nuestras empresas, que ya lo están haciendo, busquen nuevas vías para segmentarse mejor con el fin de no ser solo un destino de unos meses de verano de sol y playa, sino un destino con otra oferta muy diferente a lo largo de todo el año. Y esto, en definitiva, es lo que estamos intentando impulsar con la ley y con otras medidas que la acompañan.

— Uno de los puntos más controvertidos es la congelación de plazas hoteleras en las cuatro islas…
— Cuando se congelan las plazas, se bloquean, fundamentalmente, en la temporada alta. En el momento en el que se limitan las plazas en los meses centrales del verano, se frena ese tipo de oferta solo en ese periodo de tiempo, ya que el resto de meses claramente no se llena el cien por cien de nuestras más de 600.000 plazas turísticas. Congelar plazas para evitar la carga turística en esta época de año es algo absolutamente razonable; la ciudadanía de nuestras islas está de acuerdo de forma amplia. Solo aquellos que quieren hacer un doble discurso, opinan que se está buscando parar el crecimiento. Y no es así. El crecimiento no se para, se transforma, se dirige hacia otros vectores como la circularidad. En Baleares, yo creo que de forma unánime, hay un sentir generalizado que opina que no se debe crecer en más plazas turísticas.

«Buscamos no ser solo un destino de verano con sol y playa, sino uno con una oferta muy diferente a lo largo del año»

— Constantemente se habla del ‘turismo del futuro’ en asociación a lo que promulga esta nueva ley turística, pero ¿cuánto se tardará en dejar de hablar de futuro para ser ya parte del presente?
— Este año ya es presente. Este año ya se tiene que aplicar la normativa, se tienen que hacer los planes de circularidad para una parte importante de nuestras empresas. Este año se tiene que sustituir una gran parte de las camas de los hoteles para que sean elevables, se empiezan a sustituir las calderas de gasoil,... Tenemos más de 60 millones de euros de fondos europeos para acompañar esa transformación. Es decir, ya existe toda una serie de medidas que este año deben cumplirse y se convierten en presente. En este sentido, nos estamos adelantando a otros territorios o a otros destinos, y lo hacemos precisamente gracias a esa transformación. Además, somos la Comunidad Autónoma de España que más ayudas directas da al sector para conseguirlo.

— Como toda propuesta, siempre hay defensores y detractores, ¿qué les diría a estos últimos respecto a esta ley?
— Con todos los acuerdos que hubo en la tramitación parlamentaria, es una ley que busca establecer una senda de transformación para nuestro Archipiélago utilizando la circularidad como vector. Creo que ahí es difícil oponerse, hay que huir de dogmatismos. Cuando bloqueas las plazas turísticas, para que no haya más oferta de plazas en nuestras islas, responde a unas capacidades de carga que estamos llevando al límite. En este sentido, si yo tengo pleno empleo con este número de plazas turísticas ¿porqué necesito más? ¿para ser todavía una Comunidad Autónoma donde la compensación o las capacidades del territorio sean más difíciles de absorber? Aquí el agua es la que tenemos y la producción de energía también. No somos capaces de cubrir toda la oferta energética con lo que producimos aquí, por lo que para poder revertir esa tendencia precisamente hay que bloquear las plazas existentes.

«Congelar las plazas turísticas para evitar tener más carga en los meses centrales de verano es algo razonable»

— La AETIB está promoviendo la nueva ley en diferentes ámbitos, y estos días está también en Fitur. ¿Qué acogida está teniendo la Ley para la Circularidad y la Sostenibilidad en el Turismo?
— El año pasado ya tuvo una gran acogida cuando nos presentamos en Fitur. Asimismo, en todo este tiempo nos han invitado a numerosos foros a nivel mundial y coordinados con otras comunidades autónomas para explicar la nueva ley. También hemos participado en foros de la Unión Europea organizados por la Organización Mundial de Turismo. A nivel informativo, han sido numerosas las empresas del sector y medios de comunicación que se han interesado en la norma por lo novedosa que es. La ley entra en vigor y supone un gran despliegue. Sinceramente, creo que tendrá una gran acogida.

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